WASHINGTON, 21 DE MAYO — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó el martes detalles de su ambicioso plan para un sistema de defensa antimisiles conocido como “Golden Dome” (Cúpula Dorada). Inspirado en la red israelí “Cúpula de Hierro”, el proyecto incluye tecnologías avanzadas terrestres, marítimas y espaciales, con un costo estimado por Trump de 175.000 millones de dólares. Según el mandatario, el sistema estará operativo antes del final de su presidencia en 2029.
Durante el anuncio, Trump afirmó que Canadá ha mostrado interés en participar en el proyecto y buscará protección bajo el escudo antimisiles. “Canadá nos ha llamado y quiere participar”, dijo Trump. “Como siempre, ayudamos a Canadá, pero pagarán su parte justa”.
El Sistema “Cúpula Dorada”
Trump describió el sistema como un complejo escudo multicapa capaz de interceptar misiles lanzados desde cualquier parte del mundo, incluido el espacio. Incorporará “tecnologías de última generación”, como sensores e interceptores espaciales, diseñados para proporcionar una cobertura integral contra amenazas balísticas y otras agresiones.
Sin embargo, las afirmaciones de Trump sobre los costos han generado escepticismo. Según un informe reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso, solo los componentes espaciales del programa podrían ascender a 542.000 millones de dólares en los próximos 20 años, muy por encima de la cifra mencionada por el presidente.
La Posición de Canadá
El gobierno canadiense confirmó que está manteniendo conversaciones con EE.UU. sobre el proyecto. En un comunicado, la Oficina del Primer Ministro Mark Carney señaló que los canadienses otorgaron a Carney un “fuerte mandato para negociar una nueva relación económica y de seguridad integral con Estados Unidos”.
“Estas conversaciones incluyen, naturalmente, el fortalecimiento de NORAD y otras iniciativas relacionadas, como la Cúpula Dorada”, indicó el comunicado.
No obstante, aún no está claro qué papel desempeñará Canadá en el proyecto ni cuál será el costo de su participación. Históricamente, Canadá ha sido criticado por no cumplir con el objetivo de gasto de defensa de la OTAN, equivalente al 2% del PIB, aunque Carney se ha comprometido a alcanzar esta meta para 2030.
Espectro Ártico y Seguridad Conjunta
Trump vinculó el proyecto con preocupaciones sobre la seguridad en el Ártico, donde Rusia y China han aumentado su presencia militar y económica. Durante años, el presidente ha pedido mayor inversión canadiense en la región, argumentando que EE.UU. protege a su vecino del norte frente a potenciales amenazas.
En marzo, el primer ministro Carney anunció la compra de un sistema de radar australiano por 6.000 millones de dólares, junto con planes para expandir las operaciones militares en el Ártico. Este radar de alerta temprana cubrirá desde la frontera entre Canadá y EE.UU. hasta el Ártico, reforzando las capacidades de defensa conjunta bajo el paraguas de NORAD.
Trump reconoció los esfuerzos de Canadá durante una reunión con Carney en la Casa Blanca a principios de este mes: “Canadá está intensificando su participación militar”, afirmó.
Críticas y Desafíos
A pesar del entusiasmo de Trump, expertos han cuestionado la viabilidad del proyecto, señalando su alto costo y los desafíos técnicos asociados con implementar un sistema de tal magnitud en una masa territorial tan grande como América del Norte. Además, algunos críticos han expresado preocupaciones sobre la posible militarización del espacio y el impacto ambiental del despliegue de tecnología avanzada.
Mientras tanto, las conversaciones entre EE.UU. y Canadá continuarán para definir los términos de colaboración y financiamiento. Trump aseguró que su administración trabajará con Ottawa en la “fijación de precios”, destacando que “son muy expertos en el tema”.
Un Futuro Común en Defensa
La propuesta de la “Cúpula Dorada” refleja un esfuerzo por modernizar y ampliar las capacidades de defensa compartida entre EE.UU. y Canadá, especialmente ante amenazas emergentes en el Ártico y más allá. Sin embargo, la implementación dependerá en gran medida de la voluntad política y financiera de ambos países para trabajar juntos en un proyecto de tal envergadura.
Con Carney comprometiéndose a aumentar el gasto militar y Trump buscando fortalecer la seguridad continental, el futuro del proyecto podría marcar un nuevo capítulo en la cooperación bilateral entre ambos países.