CIUDAD DEL VATICANO, 8 de mayo.— Los cardenales aún no han logrado elegir un nuevo papa tras dos rondas adicionales de votación este jueves por la mañana, lo que provocó una nueva fumata negra en la chimenea de la Capilla Sixtina. Sin los 89 votos necesarios para alcanzar la mayoría de dos tercios, el proceso continúa, y el mundo espera con expectativa la elección del próximo líder de la Iglesia Católica.


Un Proceso Sin Prisa, pero con Esperanza

El cónclave, compuesto por 133 cardenales electores, se tomó un breve descanso para almorzar antes de regresar a la Capilla Sixtina para la sesión vespertina, donde podrían realizarse hasta dos votaciones más. Aunque algunos esperan que el nuevo pontífice sea elegido pronto, quizás incluso en la cuarta o quinta ronda del jueves por la tarde, la falta de consenso inicial sugiere que el proceso podría extenderse.

“Espero que esta noche, al regresar a Roma, encuentre humo blanco”, declaró Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales, quien presidió la misa previa al inicio del cónclave. A sus 91 años, Re no participa en la votación, pero expresó su confianza en que los cardenales elegirán “al papa que la Iglesia y el mundo necesitan hoy”.


La Vista Fija en la Chimenea

Para los fieles y curiosos reunidos en la Plaza de San Pedro, el ritmo del cónclave está marcado por las cámaras enfocando la chimenea de la Capilla Sixtina. El humo blanco anunciaría la elección de un nuevo papa, mientras que el negro indicaría la falta de consenso. Este jueves, grandes grupos de escolares y peregrinos se mezclaron con periodistas internacionales, creando un ambiente vibrante de anticipación.

“La espera es maravillosa”, comentó Priscilla Parlante, residente en Roma. Por su parte, Pedro Deget, un estudiante argentino de economía, expresó su deseo de ver un papa similar al legado de Francisco:
“Francisco hizo bien en abrir la Iglesia al mundo exterior, pero en otros frentes tal vez no hizo lo suficiente. Veremos si el próximo podrá hacer más”.


Conjeturas Sobre los Favoritos

Entre los nombres que suenan como posibles candidatos está el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, quien ha sido mencionado por muchos como un “papable” destacado.

“Tiene ideas claras y no mucha ideología. Es un hombre directo, inteligente y respetuoso. Sobre todo, es ágil”, señaló Jan Dominik Bogataj, un fraile franciscano esloveno.

Otro nombre destacado es el del cardenal Pietro Parolin, de 70 años, quien fue secretario de Estado bajo el papado de Francisco. Durante la misa previa al cónclave, Giovanni Battista Re le dirigió unas palabras que generaron especulación:

“Auguri doppio” (“Doble felicitación”), dijo Re, dejando abierta la posibilidad de que fuera un respaldo informal o incluso una felicitación prematura.


El Ritual Secreto de la Votación

El proceso de votación sigue una estricta coreografía dictada por las leyes eclesiásticas. Cada cardenal escribe su elección en una papeleta con las palabras “Eligo in summum pontificem” (Elijo como sumo pontífice). Luego, deposita la papeleta en una urna de plata y oro, mientras declara solemnemente:

“Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, de que mi voto es dado a aquel que, según Dios, creo que debe ser elegido.”

Tres escrutadores seleccionados al azar cuentan los votos, los leen en voz alta y perforan las papeletas con una aguja, atándolas con hilo para evitar manipulaciones. Los resultados son quemados en la estufa junto con productos químicos que producen humo blanco o negro, dependiendo del resultado.


Historia Reciente de los Cónclaves

Históricamente, los cónclaves han requerido entre tres y 14 votaciones para elegir a un nuevo papa. Por ejemplo:

  • Juan Pablo I fue elegido en la cuarta votación (1978).
  • Juan Pablo II necesitó ocho rondas (1978).
  • Francisco fue elegido en la quinta votación (2013).

Si bien algunos cardenales habían expresado esperanzas de un cónclave breve, la historia sugiere que podrían necesitarse varias rondas antes de lograr consenso.


Reflexiones sobre el Futuro de la Iglesia

Mientras tanto, los fieles reflexionan sobre los desafíos que enfrentará el próximo papa. Algunos destacan la necesidad de continuar abriendo la Iglesia al mundo moderno, mientras que otros buscan un liderazgo más pragmático y menos ideológico.

“Veremos si el próximo papa podrá hacer más,” concluyó Pedro Deget desde la Plaza de San Pedro.

El proceso avanza lentamente, pero con determinación, mientras el mundo aguarda al 267º pontífice de la Iglesia Católica.


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