BELÉM, Brasil, 8 de mayo.— A pocos meses de que Belém, una ciudad ubicada en el borde de la Amazonía brasileña, acoja la conferencia anual de la ONU sobre cambio climático (COP30), la construcción de una carretera está generando críticas por su potencial impacto ambiental. Expertos y activistas advierten que esta obra podría acelerar la degradación de los últimos remanentes de selva tropical en la región.
La Carretera y su Contexto
El gobierno estatal de Pará está construyendo una avenida de 13 kilómetros (8 millas) con el objetivo de aliviar el tráfico en una autopista existente. La carretera, denominada “Liberdade”, fue planificada antes de que Belém fuera elegida como sede de la COP30, pero esto no ha evitado que reciba duras críticas debido a su ubicación: atravesará un área protegida designada en 1993 para conservar dos lagos, una cuenca fluvial y restaurar una selva tropical degradada.
Este terreno verde, ligeramente más grande que Manhattan, es uno de los últimos vestigios de selva tropical dentro de la ciudad metropolitana de 2,5 millones de personas. Aunque las reglas del área permiten ciertas actividades humanas —como propiedades privadas, deforestación autorizada y obras públicas—, críticos argumentan que la construcción de la carretera podría abrir la puerta a desarrollos ilegales y comprometer la integridad del ecosistema.
Impacto Ambiental y Preocupaciones
Históricamente, la construcción de carreteras en la Amazonía ha sido un factor clave en la deforestación y el desarrollo descontrolado de áreas circundantes. Este proyecto contrasta fuertemente con uno de los objetivos centrales de la COP30: la conservación de la biodiversidad y la protección de la Amazonía como un regulador crucial del clima global.
“Es difícil imaginar una carretera construida a lo largo de las orillas del río Guamá sin que conduzca a un desarrollo ilegal. Puede llevar al fin de esta área protegida”, declaró Roberta Rodrigues, profesora de arquitectura en la Universidad Federal de Pará.
Rodrigues señaló que incluso medidas para mitigar el daño, como evitar asentamientos cercanos o limitar el desarrollo, enfrentan desafíos significativos debido al crecimiento caótico de las ciudades brasileñas, donde las áreas públicas son frecuentemente ocupadas de manera irregular.
Respuesta del Gobierno Estatal
En respuesta a las críticas, el gobierno estatal de Pará aseguró que la carretera será una vía rápida y que no se permitirá el desarrollo urbano en sus alrededores. Según un comunicado enviado a The Associated Press, la obra no forma parte de los 33 proyectos de infraestructura planeados para la COP30, contradiciendo informes anteriores que sugerían lo contrario.
Sin embargo, expertos y observadores cuestionan la viabilidad de estas promesas. El histórico crecimiento desordenado de las ciudades brasileñas muestra que muchas áreas protegidas han sido eventualmente ocupadas y legalizadas, lo que plantea dudas sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus garantías.
Un Simbolismo Problemático para la COP30
La COP30 será la primera conferencia climática de este tipo realizada en la Amazonía, un hito que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha destacado repetidamente. Durante una visita a Belém en febrero, Lula afirmó:
“Realizaremos la mejor COP de la historia porque el tema de todas las que se celebraron en otros países fue la Amazonía. Esta será en la Amazonía”.
Sin embargo, la construcción de la carretera podría ser vista como contradictoria con los objetivos de la conferencia. Además, tanto Lula como el gobernador de Pará, Helder Barbalho, apoyan la perforación petrolera en la cercana desembocadura del río Amazonas, otra medida que probablemente genere controversia durante el evento.
Fecha de Inauguración y Perspectivas Futuras
Se espera que la carretera Liberdade sea inaugurada justo antes del inicio de la COP30, programada para comenzar el 10 de noviembre. Mientras tanto, la atención internacional sigue creciendo sobre cómo este proyecto podría afectar la integridad de la Amazonía y el mensaje que Brasil enviará al mundo sobre su compromiso con la conservación ambiental.
Activistas y científicos insisten en que cualquier desarrollo en la región debe equilibrarse cuidadosamente con la protección de los ecosistemas frágiles. La COP30, que busca abordar temas críticos como la reducción de emisiones y la conservación de la biodiversidad, servirá como una prueba importante para evaluar si Brasil puede liderar el camino hacia un futuro sostenible sin sacrificar su patrimonio natural.
“La Amazonía es clave para regular el clima global, ya que los árboles absorben dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que calienta el planeta cuando se libera en la atmósfera,” recalcaron expertos.
Conclusión: Un Desafío entre Desarrollo y Conservación
La construcción de la carretera Liberdade en Belém refleja la tensión constante entre desarrollo urbano y conservación ambiental en Brasil. Mientras el país intenta posicionarse como líder en la lucha contra el cambio climático, decisiones como esta podrían socavar su credibilidad en la escena internacional.
La COP30 ofrecerá una oportunidad única para que Brasil demuestre su compromiso con la protección de la Amazonía, pero también será un momento de escrutinio sobre cómo reconciliar el progreso económico con la preservación de uno de los ecosistemas más importantes del planeta.