El abogado Douglas Cowgill posa para una fotografía en el cruce fronterizo entre Canadá y Estados Unidos de Douglas-Peace Arch en Surrey, Columbia Británica, el jueves 23 de enero de 2025. Durante más de una década, Cowgill, oriundo de Wisconsin, ha ayudado a los estadounidenses en Canadá a navegar por la compleja tarea de renunciar a su ciudadanía estadounidense. THE CANADIAN PRESS/Darryl Dyck

Toronto, 28 enero.- Durante más de una década, Douglas Cowgill, abogado y nativo de Wisconsin, ha asesorado a estadounidenses en Canadá sobre cómo renunciar a su ciudadanía, liberándolos de las complejas obligaciones fiscales del Servicio de Impuestos Internos (IRS). En 2023, Cowgill, residente en Columbia Británica y ciudadano dual, decidió dar el paso él mismo, dejando atrás su nacionalidad estadounidense.

“Tuve que evaluar mi futuro a largo plazo y definitivamente mi vida está en Canadá”, afirmó Cowgill, de 39 años. “Elegí ser únicamente canadiense y estoy feliz con esta decisión”.

Motivaciones fiscales y políticas
La renuncia a la ciudadanía estadounidense no es un fenómeno nuevo, pero abogados especializados reportan un aumento significativo en las consultas desde la elección de Donald Trump en 2024. Según Alexander Marino, experto en derecho tributario estadounidense de Moodys Tax Law en Calgary, la mayoría de las renuncias están impulsadas por el sistema fiscal estadounidense, que grava a los ciudadanos en función de su nacionalidad y no de su residencia.

El proceso de renuncia, que cuesta US$2,350 en tarifas administrativas, puede incluir complicaciones como impuestos de salida y entrevistas formales en embajadas, donde los solicitantes deben declarar su intención de renunciar. Marino señaló que factores políticos también juegan un papel importante, especialmente entre quienes no están alineados con las políticas de Trump.

Incremento en cifras y procesos complejos
Desde 2014, cuando entró en vigor la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (FATCA), las renuncias han crecido significativamente. En 2017, el primer año de Trump como presidente, las cifras aumentaron un 50 % en comparación con 2016, alcanzando 6,900 casos. Aunque el año pasado hubo un descenso a 5,500 expatriaciones, los expertos prevén que en 2025 se alcance un récord histórico.

Cowgill, quien viajó a Islandia para acelerar su entrevista debido a largas listas de espera en Canadá, explicó que su decisión también estuvo influenciada por dificultades personales durante la pandemia, cuando su esposa canadiense enfrentó restricciones para cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

“Renunciar a mi ciudadanía fue una decisión lógica y económica”, señaló. “Sin embargo, muchos de mis clientes tienen motivaciones políticas. No se identifican con la dirección que ha tomado Estados Unidos”.

Consecuencias de la renuncia
Renunciar a la ciudadanía estadounidense tiene implicaciones profundas. Quienes lo hacen ya no tienen entrada garantizada al país, como Cowgill experimentó al ser tratado como un visitante en la frontera. Además, el Registro Federal de EE.UU. publica trimestralmente los nombres de quienes renuncian, una lista que ha incluido figuras como Tina Turner y Boris Johnson en el pasado.

Aunque complicado, este proceso refleja la creciente insatisfacción de ciertos sectores de ciudadanos estadounidenses en el extranjero, quienes buscan desvincularse de las obligaciones fiscales y políticas de su país de origen para enfocarse en una nueva vida en otras naciones.

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