CARACAS, 12 ENE.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juramentado el viernes como mandatario para el período 2025-2031, lanzó este sábado una contundente advertencia sobre la disposición de Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, de tomar las armas para defender la soberanía y “el derecho a la paz”. Esta declaración se dio durante su intervención en la clausura del Festival Mundial Internacional Antifascista, un evento convocado por el chavismo.

Maduro aseguró que su país, en alianza con sus aliados de Cuba y Nicaragua, está preparándose para “si algún día tenemos que tomar las armas” con el fin de defender los derechos históricos de la patria venezolana. “Que nadie se equivoque”, añadió, reafirmando su postura de que Venezuela no dudará en enfrentar cualquier amenaza, ya sea por medios pacíficos o mediante “la lucha armada legítima”.

Un llamado a la unidad mundial
En su discurso, Maduro también instó a la formación de una “gran alianza mundial” similar a la que, según él, se forjó hace 80 años para derrotar al fascismo. Recordó que, si la situación lo requiere, el país debería estar listo para confrontar un posible conflicto con las armas en mano, sin vacilación. “Ochenta años después, toco la campana de la humanidad”, expresó, aludiendo a la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

El mandatario no dudó en advertir: “Si es por las buenas, por las buenas avanzaremos. Y si es por las malas, por las malas también lo venceremos”. Esta declaración subraya el compromiso del gobierno de Maduro con la defensa de lo que considera los intereses nacionales y la protección del pueblo venezolano.

Mandato en medio de controversia
El discurso de Maduro se produce tras su juramentación ante la Asamblea Nacional (AN), controlada por el chavismo, para un tercer mandato consecutivo, a pesar de las denuncias de fraude electoral emitidas por la oposición. La coalición opositora, que reclama la victoria de su líder Edmundo González Urrutia en las elecciones del pasado 28 de julio, ha calificado este proceso de ilegítimo y de “golpe de Estado”.

A pesar de las condenas internacionales y la falta de reconocimiento por parte de varios gobiernos, Maduro afirmó que Venezuela no está interesada en una intervención militar extranjera ni en nuevas sanciones, reiterando su disposición al diálogo y la defensa de la soberanía.

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