São Bernardo do Campo (Brasil), 24 oct.- En la antesala de la segunda vuelta de las elecciones municipales en Brasil, la extrema derecha, encabezada por el expresidente Jair Bolsonaro, ha logrado un avance significativo en los bastiones tradicionales de la izquierda, como São Bernardo do Campo, cuna política del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
São Bernardo do Campo, históricamente un símbolo del progresismo brasileño, ha sido el epicentro de importantes luchas sociales, con el Sindicato de los Metalúrgicos del ABC Paulista como punto central. Este sindicato fue el escenario de las movilizaciones lideradas por Lula en la década de 1970, durante la dictadura militar, que marcaron el surgimiento del Partido de los Trabajadores (PT). Sin embargo, en un giro notable, el próximo domingo dos candidatos de derecha competirán por la alcaldía de la ciudad.
Uno de los contendientes es Alex Manente, un diputado apoyado por Bolsonaro. Manente tiene como compañero de fórmula a Paulo ‘Chuchu’, un policía con vínculos cercanos a la familia del exmandatario. En contraste, el candidato de Lula, Luiz Fernando Teixeira, quedó en tercer lugar en la primera vuelta.
Iglesias evangélicas y declive sindical
Moisés Selerges, presidente del Sindicato de los Metalúrgicos, explica que la izquierda ha perdido contacto con las bases populares que solía representar. Según Selerges, las iglesias evangélicas, uno de los pilares del bolsonarismo, han ocupado el espacio que antes pertenecía a los sindicatos y la izquierda. Esta tendencia ha sido particularmente visible en las favelas, donde las familias ahora recurren más a los pastores que a los representantes de izquierda cuando enfrentan dificultades.
El sindicalismo, por otro lado, ha sufrido una disminución constante. En 2023, solo el 8 % de los trabajadores brasileños estaban sindicados, la cifra más baja desde 2012. En respuesta, Selerges ha lanzado el proyecto La Retomada, con el objetivo de reconectar con las bases y formar nuevos líderes, destacando la necesidad de adaptarse a una nueva realidad donde la derecha ha ganado terreno incluso en los sectores populares.
El avance de la derecha en otras regiones
El fenómeno de la pérdida de influencia de la izquierda no se limita a São Bernardo do Campo. En otras localidades del cinturón industrial de São Paulo, otrora conocido como el ‘cinturón rojo’, la derecha ha ganado terreno, mientras que el peso económico de estas áreas ha disminuido. De manera similar, en el noreste de Brasil, una región tradicionalmente fiel al PT, la derecha ha comenzado a avanzar en algunas de las grandes ciudades.
El Partido Liberal (PL), liderado por Bolsonaro, ha logrado más candidaturas en la segunda vuelta de las elecciones municipales en las capitales del noreste que el propio PT. Según la politóloga Luciana Santana, el PL ha implementado una estrategia electoral bien definida, con candidaturas competitivas y una importante inversión, lo que ha permitido su crecimiento en regiones como Maceió, donde el candidato de Bolsonaro ganó en la primera vuelta con un abrumador 83 % de los votos.
Valter Moura Júnior, presidente de la Asociación Comercial e Industrial de São Bernardo do Campo, atribuye el declive del PT a su transformación en un partido “igual al resto”. Según Moura Júnior, el discurso de la izquierda ha perdido fuerza y se ha diluido, mientras que la globalización ha debilitado la capacidad de movilización de los trabajadores, quienes ahora temen perder sus empleos en un contexto de creciente tercerización.
El desenlace de las elecciones del domingo determinará si la extrema derecha consolida su avance en los históricos bastiones de la izquierda brasileña, marcando un nuevo capítulo en la política del país.