Washington, 7 de octubre de 2025. El primer ministro de Canadá, Mark Carney, se reunió este martes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en medio de una creciente tensión comercial marcada por los aranceles estadounidenses al acero y al sector automotriz canadiense. La visita, la segunda en lo que va del año, fue organizada a raíz de una conversación que ambos líderes mantuvieron durante la Asamblea General de la ONU en septiembre.

Fuentes citadas por Radio-Canadá aseguraron que Trump extendió personalmente la invitación a Carney con la intención de reactivar el diálogo, aunque las negociaciones bilaterales permanecen prácticamente estancadas desde hace meses. Durante el encuentro, Carney buscó obtener algún tipo de alivio en los aranceles impuestos a Canadá, aunque evitó establecer públicamente objetivos concretos.

Por su parte, el presidente Trump aprovechó la reunión para defender su política proteccionista, afirmando que Estados Unidos “ha perdido terreno” frente a sus socios comerciales en el sector automotriz. “Queremos que Canadá tenga éxito, pero llega un punto en que estamos compitiendo por el mismo negocio”, señaló el mandatario. Recordó que Detroit, capital automotriz estadounidense, “se vació” a medida que los fabricantes se trasladaron a Canadá y México.

Un arancel del 25 % sobre autopartes no estadounidenses fue una de las primeras medidas impuestas por la administración Trump, mientras que Canadá respondió con contraaranceles equivalentes, aún vigentes en el sector del acero y el aluminio.

Durante la rueda de prensa conjunta, Carney adoptó un tono prudente, interviniendo solo para subrayar la interdependencia económica entre ambas naciones. “Canadá es el segundo socio comercial más grande de Estados Unidos y su mayor inversor extranjero. Hay áreas donde competimos, pero son muchas más aquellas en las que juntos somos más fuertes”, dijo el primer ministro.

Sin embargo, la presión política interna hacia Carney no ha cesado. El líder conservador Pierre Poilievre le envió una carta advirtiendo: “No más derrotas. Es hora de que consigas las victorias prometidas”. A su vez, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, se mostró impaciente ante los escasos avances. “Tiene que llegar un punto en el que, si Carney no logra un acuerdo, debemos contraatacar con fuerza”, afirmó Ford en declaraciones a CNN.

Mientras Trump refuerza su postura con nuevos aranceles sobre madera blanda y muebles, el gobierno canadiense ha empezado a reducir discretamente sus medidas compensatorias desde agosto, con excepción de los sectores estratégicos del aluminio y la automoción.

La reunión, celebrada en un clima de cautela y expectación mediática, se percibe como un intento de recomponer una relación comercial históricamente sólida pero ahora marcada por fricciones y desconfianza. La prensa estadounidense destacó que Trump recibió a Carney con un cordial apretón de manos en la entrada de la Casa Blanca, aunque muchos analistas coinciden en que las tensiones estructurales entre ambos países difícilmente se resolverán con una sola visita diplomática.

Publicidad