Jerusalén, 5 oct.– El Ministerio de Exteriores de Israel confirmó este domingo la deportación de 29 personas detenidas que participaban en la Flotilla Global Sumud, procedentes de España, Portugal y Países Bajos, quienes fueron enviadas a territorio español tras varios días bajo custodia israelí.
«Israel desea que todos los participantes de esta provocación sean deportados lo antes posible, pero algunos de ellos optaron deliberadamente por prolongar el proceso legal de deportación, prefiriendo permanecer en Israel», afirmó el Ministerio en un mensaje publicado en X (antes Twitter). La cartera diplomática añadió que los derechos legales de todos los detenidos “están plenamente garantizados” y calificó la operación de la Flotilla como una “maniobra publicitaria”.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó que entre los deportados figuran 21 de los 49 ciudadanos españoles inicialmente detenidos por las autoridades israelíes, tras el abordaje de las embarcaciones en aguas internacionales.
Denuncias por violaciones de derechos humanos
Pese a las afirmaciones del gobierno israelí, el equipo jurídico de la Flotilla, representado por la ONG Adalah, denunció este domingo “graves abusos” cometidos contra los activistas durante su detención. Según la organización, las condiciones impuestas a los tripulantes constituyen “claras violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos fundamentales”.
“Israel está intentando proyectar una imagen de legalidad, pero los testimonios que hemos recogido hablan de maltratos, aislamiento y falta de asistencia médica adecuada”, denunció uno de los abogados de la ONG.
Cientos de tripulantes siguen detenidos
De acuerdo con el equipo legal, 478 tripulantes de los 42 barcos que conformaban la misión fueron arrestados tras la interceptación de la Flotilla en aguas internacionales, una operación que ha sido duramente criticada por organismos internacionales y grupos humanitarios.
Tras las deportaciones de los últimos días, unos 300 activistas permanecen detenidos en la prisión de Saharonim, situada en el desierto del Neguev, en el sur de Israel. Este centro penitenciario de alta seguridad fue construido originalmente para albergar inmigrantes irregulares procedentes de Egipto, aunque actualmente también retiene a presos palestinos, algunos de ellos condenados a cadena perpetua.
Según las autoridades israelíes, los primeros deportados son aquellos que firman su consentimiento para abandonar el país, mientras que quienes se niegan a ser deportados enfrentan un proceso judicial que debe ser avalado por un juez antes de concretarse su salida.
Contexto y reacciones internacionales
La Flotilla Global Sumud fue organizada por un grupo de activistas internacionales con el objetivo de romper el bloqueo impuesto por Israel sobre la Franja de Gaza y entregar ayuda humanitaria a la población palestina. Sin embargo, el gobierno israelí sostiene que la operación de los barcos viola sus leyes marítimas y representa una amenaza a la seguridad nacional.
Diversas organizaciones de derechos humanos y gobiernos europeos han solicitado que se garantice la integridad física y jurídica de los activistas, y han pedido a Israel que permita la investigación independiente de las denuncias de abuso y trato inhumano.
El Ministerio de Exteriores español ha anunciado que mantendrá la vigilancia diplomática sobre la situación de los nacionales que aún permanecen retenidos en Israel y que continuará exigiendo el respeto al derecho internacional.