Oshawa (Canadá), 5 oct.– La decisión de General Motors (GM) de continuar fabricando camiones Chevrolet Silverado en su planta de Oshawa representa, según expertos, una señal alentadora para el futuro de la industria automotriz canadiense, a pesar de los recortes de personal previstos para enero de 2026, que afectarán a unos 2.000 trabajadores.

La empresa, que ha sido un pilar económico y cultural en la ciudad desde 1918, anunció una inversión de 280 millones de dólares para modernizar sus instalaciones y producir la próxima generación de Silverados livianos y pesados. Las obras de actualización ya están en marcha, según confirmó la portavoz de GM Canadá, Ariane Pereira.

El historiador empresarial Dimitry Anastakis, de la Universidad de Toronto, considera que este compromiso “es una muy buena señal para la planta de Oshawa y para el futuro de los trabajadores del sector automotriz canadiense”. Aunque GM eliminará un turno de trabajo el próximo año, Anastakis subraya que el nuevo mandato de producción garantiza una continuidad industrial significativa y mantiene empleos de calidad en la región.

Un legado industrial que se resiste a desaparecer

Durante la década de 1980, GM llegó a emplear a más de 23.000 personas en Oshawa, convirtiéndose en uno de los principales motores económicos de Ontario. Sin embargo, la planta ha reducido progresivamente su tamaño y hoy cuenta con unos 3.000 trabajadores. Aun así, continúa siendo uno de los mayores empleadores de la región, ofreciendo salarios competitivos y beneficios sólidos, de acuerdo con Jeff Gray, presidente de Unifor Local 222, el sindicato que representa a los trabajadores.

“La fuerza laboral de Oshawa ha demostrado ser altamente calificada y rentable para GM. Ganamos mucho dinero para la compañía y llevamos décadas haciéndolo”, destacó Gray, quien insiste en que la planta sigue siendo un activo estratégico para la multinacional.

Camionetas que mantienen viva la demanda

La fábrica de Oshawa es la única planta de GM en el mundo que produce versiones livianas y pesadas del Chevrolet Silverado en la misma línea de montaje, lo que la convierte en un centro de producción altamente flexible. Además, las camionetas pick-up siguen siendo uno de los segmentos más rentables y demandados en América del Norte, lo que refuerza la viabilidad económica de mantener la planta activa.

La calidad de la producción en Oshawa está respaldada por los nueve premios JD Power que ha obtenido en su historia por la excelencia en la calidad inicial de sus vehículos, aunque el último fue en 2013.

El impacto de los aranceles y la competencia internacional

La planta enfrenta un entorno global complejo. Los aranceles automotrices impuestos por Estados Unidos y la competencia con los fabricantes de vehículos eléctricos (VE) de China y Europa están reconfigurando el panorama de la industria.

Según Greig Mordue, exejecutivo de Toyota Canadá y profesor en la Universidad McMaster, “el mundo se está volviendo eléctrico, y Canadá se encuentra en un punto de inflexión. Podemos seguir apoyando a los tres grandes fabricantes tradicionales o abrirnos a nuevos actores globales”.

El gobierno canadiense impuso un arancel del 100 % a los vehículos eléctricos chinos, pero está considerando levantarlo. Sin embargo, expertos como Greg Layson, editor de Automotive News Canada, advierten que una decisión así podría debilitar la industria automotriz norteamericana y plantear dilemas éticos, ambientales y laborales, ya que gran parte de los vehículos chinos se fabrican con energía proveniente del carbón y bajo condiciones laborales precarias.

Nuevos horizontes: de los camiones a los vehículos militares

Ante la incertidumbre, una de las posibles salidas estratégicas para Oshawa sería diversificar su producción hacia el sector militar. El alcalde Dan Carter ha señalado que GM Defense Canada podría fabricar vehículos tácticos ligeros para el ejército canadiense, retomando un legado histórico de la Segunda Guerra Mundial.

“Queremos demostrar que tenemos la fuerza laboral, la tecnología y la infraestructura necesarias para asumir cualquier reto que se nos presente”, afirmó Carter, quien mantiene reuniones periódicas con ejecutivos de GM y representantes de los gobiernos provincial y federal.

Sin embargo, los analistas advierten que este tipo de contratos militares, aunque beneficiosos, no reemplazarían el volumen de producción de los vehículos comerciales. “Nunca se fabricarán 60.000 vehículos militares al año como se fabrican 60.000 camionetas”, señaló Layson.

Una señal de esperanza entre la incertidumbre

Aunque el futuro de GM en Oshawa se encuentra en un punto de inflexión, la inversión en nuevos modelos y la posible diversificación de la producción apuntan a que la ciudad sigue siendo clave en la estrategia industrial canadiense.

La historia de GM y Oshawa es, en muchos sentidos, la historia de Canadá industrial: una mezcla de resiliencia, adaptación y esperanza frente a los cambios del mercado global.

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