El Cairo, 5 oct (Hispanic Post).- Las delegaciones de Israel y Hamás se preparan para iniciar el próximo lunes en Egipto negociaciones indirectas auspiciadas por Washington, en un momento en que crecen las esperanzas de alcanzar un alto el fuego duradero en Gaza y la liberación de los últimos 48 rehenes aún en manos del grupo islamista, de los cuales se cree que unos 20 permanecen con vida.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insinuó que podría anunciarse la liberación de rehenes esta semana, mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, celebró la disposición de Hamás a aceptar algunos puntos del plan de paz propuesto por Estados Unidos, el cual contempla la rendición de Hamás, su desarme completo y la entrega del poder en Gaza a una comisión de transición.
Según fuentes diplomáticas egipcias, las conversaciones del lunes girarán principalmente en torno al intercambio de rehenes por prisioneros palestinos detenidos en cárceles israelíes. El enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, participará en las negociaciones, confirmó un funcionario egipcio bajo condición de anonimato.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, declaró que esta es “la oportunidad más cercana que hemos tenido de liberar a todos los rehenes”, aunque advirtió que existen “muchas posibilidades de sabotaje por parte de actores que no desean la paz”.
El plan de Washington contempla dos fases: primero, la liberación de los rehenes, y luego el retiro gradual de las fuerzas israelíes hacia la “línea amarilla”, su posición previa a la ofensiva de agosto. Además, plantea una reconstrucción de Gaza bajo supervisión internacional y un eventual regreso de la Autoridad Palestina al gobierno del enclave.
Trump reafirmó en declaraciones a la CNN que, de no cumplirse el acuerdo, habría una “obliteración completa” de Hamás. El mandatario sostuvo que Netanyahu “está de acuerdo con poner fin al bombardeo y avanzar hacia la paz”, aunque agregó que el proceso podría requerir tiempo y firmeza.
Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, expresó optimismo al afirmar que “estamos más cerca de un acuerdo de rehenes que en cualquier otro momento desde enero”. Sin embargo, cientos de familiares de los cautivos realizaron protestas en Jerusalén para exigir rapidez y transparencia en las negociaciones.
Mientras tanto, ministros de Exteriores de ocho países de mayoría musulmana emitieron un comunicado conjunto celebrando los avances hacia un cese de hostilidades, y respaldaron la idea de que Hamás ceda la administración de Gaza a un organismo de transición que prepare el terreno para un futuro gobierno palestino unificado.
En paralelo, el domingo se reportaron nuevos ataques israelíes en la Franja de Gaza que dejaron al menos 12 muertos, según los hospitales locales. Ocho de ellos murieron en Ciudad de Gaza y cuatro más fueron abatidos cerca de un punto de distribución de ayuda en Rafah, aunque el ejército israelí negó su implicación en este último suceso.
La portavoz del gobierno israelí, Shosh Badrosian, confirmó que, pese a la disminución de los bombardeos, “no existe aún un alto el fuego efectivo”, y subrayó que las conversaciones en Egipto “no se prolongarán más allá de unos pocos días”.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, informó que el balance total de la guerra asciende ya a 67.139 muertos y cerca de 170.000 heridos, con mujeres y niños representando aproximadamente la mitad de las víctimas. Aunque Israel cuestiona las cifras, la ONU y múltiples organizaciones humanitarias las consideran las más confiables disponibles.
Mientras la región espera el inicio de las conversaciones en El Cairo, el ambiente internacional oscila entre la esperanza y el escepticismo, con la mirada puesta en si esta vez el diálogo logrará poner fin a una de las etapas más sangrientas del conflicto entre Israel y Hamás.