Bogotá, 23 sep.- Más de 79.000 personas han sido desplazadas de manera masiva en Colombia entre enero y agosto de 2025 debido a la violencia y al conflicto armado, lo que representa un incremento del 94 % en comparación con el mismo período del año pasado, advirtió la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

Según el informe, los principales factores que originaron los desplazamientos fueron los combates entre grupos armados, las restricciones impuestas a la movilidad y acceso a bienes y servicios por parte de Grupos Armados No Estatales, así como el uso de artefactos explosivos improvisados.

Desplazamientos en aumento

En agosto de 2025, unas 3.110 personas abandonaron sus hogares, una cifra que supera en 2.224 casos al mismo mes de 2024. Los departamentos más afectados fueron Bolívar (norte), Chocó (oeste) y Cauca (suroeste), donde las confrontaciones y el confinamiento impuesto a las comunidades han generado graves crisis humanitarias.

El escenario más crítico se registró en el Catatumbo (Norte de Santander), fronterizo con Venezuela. Entre enero y marzo, la guerrilla del ELN lanzó una ofensiva contra el Frente 33 de las disidencias de las FARC, provocando alrededor de 100 muertes, incluidos civiles, y el desplazamiento de 60.000 personas.

Niñez en riesgo

El informe advierte que los niños, niñas y adolescentes se encuentran entre los grupos más afectados: al menos 11.000 menores fueron víctimas de desplazamiento, confinamiento y restricciones a la movilidad. Sin embargo, la OCHA estima que hasta 291.400 menores estarían expuestos a riesgos como reclutamiento forzado o violaciones graves de sus derechos.

Entre enero y agosto se documentaron 52 ataques contra instituciones educativas, muchos de ellos con explosivos, lo que afectó directamente a 544 civiles, un aumento del 145 % frente al mismo periodo de 2024.

Crisis humanitaria desfinanciada

La OCHA subrayó que en lo corrido del año, alrededor de 1,4 millones de personas han sufrido distintos tipos de violencia, incluyendo amenazas, atentados, homicidios selectivos y desapariciones forzadas. A pesar de la magnitud de la crisis, la financiación de los programas humanitarios sigue siendo insuficiente, lo que limita la atención a las comunidades más golpeadas por el conflicto.

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