Reim (Israel), 7 de octubre de 2025. Miles de israelíes se congregaron este martes en el sur del país para rendir homenaje a las víctimas del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, el peor en la historia de Israel, que desencadenó una devastadora guerra aún en curso. Las ceremonias conmemorativas coincidieron con nuevas negociaciones indirectas entre Israel y Hamás en Egipto, en el marco de un plan de paz impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump.

El principal acto tuvo lugar en Tel Aviv, organizado por familias de las víctimas, mientras que el gobierno israelí celebrará su ceremonia oficial la próxima semana, según el calendario hebreo. La realización de dos eventos distintos refleja las profundas divisiones políticas que atraviesa el país, en especial respecto al liderazgo del primer ministro Benjamin Netanyahu, acusado por muchos de no haber logrado un alto el fuego ni la liberación de los rehenes que permanecen en manos de Hamás.

El recuerdo de una tragedia nacional

El ataque de Hamás, que sorprendió a Israel con una oleada de cohetes y asaltos en comunidades del sur, dejó 1.200 muertos —en su mayoría civiles— y 251 secuestrados. De ellos, 48 permanecen cautivos en Gaza, y se estima que solo 20 siguen con vida. Hamás exige un alto el fuego total y la retirada israelí para liberarlos, mientras Netanyahu promete continuar la guerra “hasta el desarme completo del grupo”.

En el lugar donde se celebraba el festival de música Nova, en Reim, cientos de personas recordaron a los 400 jóvenes asesinados en aquella jornada. A las 6:29 a.m., hora exacta en que comenzó el ataque, se guardó un minuto de silencio mientras sonaba la misma música que los asistentes escuchaban entonces. “Cada día revivimos esto de nuevo”, dijo Alon Muskinov, sobreviviente del festival.

Otros, como Yehuda Rahmani, cuyo hija policía fue asesinada en el ataque, reclaman una investigación independiente sobre las fallas de seguridad de aquel día. “Cuando no sabes lo que pasó, lo hace mucho más difícil”, lamentó.

Un conflicto que transformó Medio Oriente

El ataque de Hamás no solo llevó a Israel a invadir Gaza, sino que escaló a una guerra regional con Irán y sus aliados, incluidos Hezbollah en Líbano y milicias en Siria. En los últimos meses, Israel ha reivindicado la muerte de altos mandos iraníes, científicos nucleares y milicianos de alto rango, debilitando las capacidades militares de sus enemigos, aunque sin lograr recuperar a todos los rehenes.

El conflicto ha dejado más de 67.000 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que asegura que mujeres y niños representan la mitad de las víctimas. Organizaciones internacionales acusan a Israel de crímenes de guerra y genocidio, y la Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra Netanyahu y su exministro de Defensa. Israel lo niega y sostiene que actúa en autodefensa, culpando a Hamás por operar desde zonas pobladas.

Crisis humanitaria y presiones políticas

La ofensiva israelí ha desplazado al 90% de los habitantes de Gaza, provocando hambruna generalizada y colapso sanitario. Mientras tanto, dentro de Israel, crecen las protestas semanales contra Netanyahu por su negativa a negociar un cese al fuego.

Durante la ceremonia en Tel Aviv, Shay Dickmann, quien perdió a su tía y a su prima en el ataque, pidió un fin inmediato a la guerra. “Hay un acuerdo sobre la mesa. Todos merecemos regresar a casa”, expresó.

Trump impulsa un nuevo plan de paz

En paralelo, delegaciones de Israel y Hamás reanudarán este martes en Sharm el Sheij (Egipto) las conversaciones indirectas sobre un nuevo plan de paz propuesto por Trump, que busca establecer una tregua prolongada, la liberación de los rehenes y un mecanismo de reconstrucción internacional para Gaza.

A pesar de las tensiones, diplomáticos egipcios y estadounidenses calificaron el diálogo como “una oportunidad frágil pero real” para poner fin a la guerra. Sin embargo, el escepticismo en ambos lados sigue siendo alto, con sectores israelíes que exigen una victoria total sobre Hamás y líderes palestinos que acusan a Trump de favorecer a Netanyahu.

El aniversario del 7 de octubre se conmemora, así, en un país dividido, herido y exhausto, mientras el eco de las explosiones sigue resonando en Gaza y la paz parece todavía un horizonte lejano.

Publicidad