Nueva York, 7 de octubre de 2025. El oro volvió a ser protagonista de los mercados financieros este martes, alcanzando un nuevo récord histórico al superar los USD 4.000 por onza, su mayor suba desde 1970. La escalada del metal precioso coincidió con una jornada de relativa estabilidad en las bolsas y los bonos globales, pese a la agitación política en Francia, Japón y Estados Unidos, mientras los inversores mantienen el optimismo ante una inminente rebaja de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

Según los analistas, el debilitamiento del dólar y las expectativas de un recorte de 25 puntos básicos en la próxima reunión de la Fed actúan como motores principales de la demanda del oro, considerado un activo refugio por excelencia. “Este desempeño refleja un entorno de fuerte demanda por activos de refugio, respaldado por tensiones geopolíticas, deterioro de la confianza en los mercados tradicionales y las crecientes expectativas de recortes de tasas”, explicó Antonio Montiel, director de Análisis de ATFX Education.

El banco Goldman Sachs elevó su proyección de corto plazo para el metal dorado y fijó un precio objetivo de USD 4.900 por onza, citando una “demanda sostenida entre bancos centrales e inversores occidentales”. En lo que va de 2025, el oro acumula una suba del 53%, y desde el inicio de la pandemia en 2020 ha escalado más del 112%, consolidando una tendencia alcista sin precedentes.

Desde el punto de vista técnico y macroeconómico, el impulso se debe también a la desaceleración de los indicadores económicos en Estados Unidos, lo que refuerza las expectativas de una política monetaria más flexible. “El debilitamiento del dólar y los fuertes flujos hacia los fondos cotizados respaldados en oro (ETF) refuerzan el sesgo alcista del metal”, añadió Montiel.

La consultora Balanz Capital señaló que la tradicional búsqueda de refugio también responde a factores políticos y fiscales. “El cierre parcial del gobierno de Estados Unidos (shutdown) eleva la incertidumbre de corto plazo, mientras los últimos datos de empleo y manufactura muestran señales de enfriamiento”, indicó la firma. El informe de ADP reveló una pérdida de 32.000 empleos en septiembre, la mayor caída desde marzo de 2023, mientras que la encuesta JOLTS mostró una reducción en las vacantes laborales y un sector manufacturero que acumula siete meses consecutivos en contracción.

Estos datos fortalecen las apuestas del mercado a dos recortes adicionales de tasas antes de fin de año, aunque el cierre gubernamental introduce un desafío adicional para la Fed, que podría verse limitada para tomar decisiones basadas en nuevos indicadores económicos.

A la inestabilidad económica se suma el ruido político en Washington, donde las recientes declaraciones del presidente Donald Trump, amenazando con recortar fondos a estados demócratas y despedir empleados federales, intensificaron la demanda de activos seguros como el oro, los bonos del Tesoro y las divisas refugio.

El mercado espera que, si la Reserva Federal confirma su cambio de rumbo hacia una política más dovish, el oro continúe fortaleciéndose en los próximos meses. Para los inversores, la combinación de tensión geopolítica, incertidumbre económica y fragilidad institucional consolida al metal dorado como el gran ganador de 2025.

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