La Habana, 7 de octubre de 2025. — Las centrales termoeléctricas de Cuba (CTE) funcionan este martes apenas en torno a un cuarto de su capacidad instalada, según datos de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), lo que agrava los prolongados cortes eléctricos que afectan al país.
De las siete CTE existentes, tres están fuera del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) por averías y mantenimientos, incluida la Antonio Guiteras, clave para el suministro. Las cuatro centrales restantes aportan un máximo de 689 megavatios (MW), frente a una potencia instalada total de 2.613 MW.
El deterioro técnico de estas infraestructuras, muchas de ellas con más de 30 años de explotación, limita su rendimiento y genera una producción inestable, responsable de apagones diarios que superan 20 horas en diversas zonas y de cinco apagones nacionales en los últimos doce meses.
Por ejemplo, la central Felton, de 24 años de explotación, tiene capacidad para 510 MW, pero actualmente solo funciona un bloque aportando 180 MW. Las otras centrales con desempeño reducido son Mariel, Cienfuegos y Nuevitas, todas construidas entre las décadas de 1960 y 1970.
La salida imprevista de la Antonio Guiteras, por un fallo en la caldera, redujo unos 250 MW, elevando el déficit energético al 58 % de la demanda nacional máxima, poniendo en riesgo la estabilidad del SEN e incluso provocando apagones totales, como ha ocurrido en tres de los cinco registros del último año.
El Gobierno cubano prevé una parada técnica de seis meses en la Antonio Guiteras en diciembre, la primera en 15 años, cuando los ciclos de mantenimiento deberían realizarse cada siete.
Expertos independientes atribuyen la crisis a la infrafinanciación crónica del sector energético, mientras el Gobierno destaca el impacto de las sanciones estadounidenses. El saneamiento completo del SEN requeriría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares, fuera del alcance económico del país, que acumula una caída del PIB del 11 % en los últimos cinco años.
Los apagones afectan directamente la economía y aumentan el descontento social, vinculado a protestas masivas como las de julio de 2021 y las recientes de septiembre de 2025 en La Habana y Gibara.