Lima, 6 oct.– Cientos de transportistas de Lima Metropolitana y la provincia del Callao iniciaron este lunes un paro nacional, clamando “¡nos están matando!” ante el incremento de asesinatos y ataques del crimen organizado que azotan al sector. La medida ha afectado el desplazamiento de decenas de miles de ciudadanos en toda la capital peruana.
El paro fue convocado tras el asesinato, la noche del sábado, de un conductor de autobús en el distrito de San Juan de Miraflores, al sur de Lima. Un día después, otro chofer resultó herido en un ataque armado en San Juan de Lurigancho, en el este de la ciudad. Ambos casos se suman a una ola de extorsiones y sicariatos que en los últimos meses ha sembrado el miedo entre los trabajadores del transporte urbano.
“Nos están matando, ya no podemos trabajar tranquilos”, denunciaron los manifestantes, que desde las primeras horas del lunes bloquearon avenidas principales como Túpac Amaru y Universitaria, en el norte de la ciudad, además de protestas en puntos de San Juan de Lurigancho y San Juan de Miraflores.
Los transportistas exigen al Gobierno mayores garantías de seguridad, operativos policiales permanentes en rutas de transporte y una respuesta contundente contra las mafias que cobran “cuotas de guerra” a cambio de permitir que los choferes operen sin ser atacados.
De acuerdo con gremios del sector, más de 30 conductores han sido asesinados en lo que va del año, la mayoría por negativa a pagar extorsiones.
La Policía Nacional del Perú (PNP) reforzó la presencia de agentes en puntos críticos de la capital, aunque reportes iniciales indican enfrentamientos menores entre manifestantes y fuerzas del orden.
El paro ha provocado caos vehicular, largas esperas en paraderos y un notable aumento en las tarifas de taxis informales, dejando a miles de limeños sin medios seguros para desplazarse.
“Ya no se trata solo de un reclamo laboral. Es una lucha por la vida”, declaró un dirigente del gremio de transporte urbano.