Jerusalén, 6 de octubre de 2025. Las autoridades israelíes deportaron este lunes a 171 personas, entre ellas la activista sueca Greta Thunberg, que participaron en una «flotilla de ayuda humanitaria» con destino a Gaza. Los deportados fueron trasladados a Grecia y Eslovaquia, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, que indicó que los activistas procedían de países como Grecia, Italia, Francia, Irlanda, Suecia, Polonia, Alemania, Bulgaria, Lituania, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Dinamarca, Eslovaquia, Suiza, Noruega, Reino Unido, Serbia y Estados Unidos.
Thunberg fue recibida en Atenas por multitudes de simpatizantes que corearon “¡Liberen, liberen a Palestina!” y criticó el tratamiento recibido durante su detención. “¡Que esta misión tenga que existir, es una vergüenza!”, declaró la activista, instando a líderes mundiales y ciudadanos a poner fin a la complicidad con lo que describió como genocidio en Gaza.
Mientras tanto, Israel negó acusaciones de maltrato, asegurando que los derechos de los activistas fueron respetados durante su detención, y desmintió afirmaciones sobre un genocidio en Gaza. Sin embargo, testimonios de varios participantes reportaron violencia física, humillación y deshumanización durante el arresto y la detención en prisiones de máxima seguridad, según informó Adalah, asociación legal que representa a más de 470 activistas. Entre los detenidos aún permanecen 150 personas, incluidas 40 en huelga de hambre, como medida de protesta por el trato recibido.
La interceptación de la flotilla y las deportaciones generaron protestas internacionales en aeropuertos y ciudades de todo el mundo. Activistas liberados, como la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, denunciaron que Israel vulneró derechos fundamentales, secuestró barcos y sometió a los detenidos a condiciones extremas, aunque reconocieron que el trato recibido fue menos severo que el de la población palestina en Gaza.