Ciudad de México, 1 OCT.- A un año de asumir la Presidencia de México, Claudia Sheinbaum enfrenta un balance complejo que combina avances en programas sociales y estabilidad económica con retos significativos en seguridad y presiones internacionales. La mandataria, primera mujer en gobernar el país, mantiene una aprobación superior al 70 %, según diversas encuestas, aunque la violencia y la percepción ciudadana sobre la inseguridad siguen siendo un desafío.

En su primer informe de Gobierno, Sheinbaum afirmó: “Vamos bien y vamos a ir mejor. Llegamos a seguir transformando la nación, por la paz y el bienestar del pueblo”. Sin embargo, analistas destacan que algunas promesas de campaña, como reducir los homicidios en un 50 %, aún están lejos de cumplirse. David Saucedo, especialista en seguridad, señaló que si bien las cifras oficiales muestran una disminución del 25 % en homicidios durante los primeros 11 meses de su mandato, el promedio diario se mantiene en torno a 65 asesinatos, y la percepción ciudadana sobre la inseguridad sigue siendo negativa.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) refleja que más del 63 % de los mexicanos consideran que la inseguridad es el principal problema del país. Según Saucedo, “la narrativa oficial habla de un país más seguro, pero el ciudadano de a pie no lo percibe”. A pesar de ello, la presidenta goza de altos niveles de respaldo popular, similar al fenómeno observado durante el mandato de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.

Otro desafío importante para Sheinbaum es la relación con Estados Unidos, marcada por críticas y presiones constantes. Saucedo destacó que Washington percibe al Gobierno mexicano como temeroso frente a los cárteles y lo acusa de manipular cifras, además de ejercer presión mediante aranceles, exigencias de decomisos, extradiciones y despliegue de la Guardia Nacional en fronteras. Incluso se han registrado sanciones políticas, como la cancelación de visas a funcionarios mexicanos.

En el ámbito del crimen organizado, la división interna del Cártel de Sinaloa ha reconfigurado el mapa criminal. Los ‘Chapitos’ se aliaron con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), mientras que Ismael ‘El Mayo’ Zambada lidera un bloque rival junto a otros grupos regionales. A esto se suman cárteles medianos e independientes, como la Familia Michoacana, lo que ha derivado en una guerra interna en el bajo mundo criminal y violencia extendida en varias regiones del país.

Según Saucedo, los principales retos del Gobierno son el “narcoterrorismo”, que incluye ataques contra civiles para generar miedo y presión, y la “narcopolítica”, que implica la infiltración de los cárteles en procesos electorales mediante financiamiento o amenazas.

En este primer año, Sheinbaum ha logrado consolidar su imagen como una gobernante austera y comprometida con la transformación social, aunque deberá enfrentar con eficacia los desafíos de seguridad y la presión internacional para mantener su respaldo y avanzar en su agenda de Gobierno.

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