OTTAWA, 10 sep.- El exministro de Inmigración de Canadá, Marc Miller, acusó al líder conservador Pierre Poilievre de fomentar “sentimientos antiinmigrantes” tras sus declaraciones en contra del programa de trabajadores extranjeros temporales, en medio de un debate nacional sobre el impacto de la inmigración en la economía y el mercado laboral.
Durante una conferencia de prensa en Brampton, Ontario, Poilievre responsabilizó a las altas tasas de inmigración de los últimos años por las dificultades que enfrentan los jóvenes canadienses para conseguir empleo y acceder a una vivienda asequible. “Nuestros jóvenes no pueden encontrar trabajo ni hogar”, afirmó el líder conservador, reiterando su propuesta de eliminar el programa de trabajadores temporales como medida para proteger el mercado laboral interno.
En respuesta, Miller defendió la existencia del programa, aunque reconoció la necesidad de introducir reformas profundas para combatir irregularidades. “No debería ser desechado, sino corregido para abordar problemas como el fraude en los permisos y la explotación de trabajadores”, señaló el exministro durante el retiro parlamentario liberal celebrado en Edmonton.
Miller también subrayó que el gobierno federal ya trabaja en un plan de ajuste que busca reducir el número de residentes temporales del actual 7 % de la población al 5 % para 2027, con el objetivo de equilibrar la llegada de inmigrantes y garantizar que las comunidades dispongan de infraestructura suficiente en vivienda, salud y empleo.
Un debate con líderes provinciales involucrados
El tema ha generado divisiones políticas más allá del Parlamento federal. El primer ministro de Columbia Británica, David Eby, coincidió en que el programa de trabajadores temporales debe ser “terminado o profundamente reformado”, ya que, según él, crea condiciones de vulnerabilidad laboral y presiona los sistemas sociales.
Por su parte, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, adoptó una postura diferente al argumentar que el problema no está en los inmigrantes, sino en la falta de voluntad de algunos jóvenes canadienses para integrarse al mercado laboral. “Hay muchos trabajos disponibles, pero los jóvenes no están buscando con suficiente ahínco”, declaró.
Inmigración, economía y tensiones políticas
El debate se produce en un contexto de preocupación nacional por la crisis de vivienda, el incremento en el costo de vida y la desaceleración del mercado laboral. Los conservadores, encabezados por Poilievre, sostienen que la política migratoria del primer ministro Justin Trudeau ha sido “desmedida y apresurada”, generando presión sobre los servicios públicos y aumentando las dificultades para acceder a viviendas asequibles.
El gobierno liberal, en cambio, defiende que la inmigración es un motor clave de la economía canadiense y que los trabajadores temporales desempeñan un papel fundamental en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios de salud, donde persisten serias dificultades para cubrir la demanda de mano de obra local.
Con las elecciones federales en el horizonte, la inmigración se consolida como uno de los principales temas de campaña, en el que tanto liberales como conservadores buscan conectar con las preocupaciones de la clase media canadiense frente a un escenario económico cada vez más complejo.