Montreal, 28 ago.- El gobierno de Quebec anunció que presentará este otoño un proyecto de ley que prohibirá la oración en espacios públicos, en el marco de su agenda para reforzar la laicidad del Estado.
El ministro de Laicidad, Jean-François Roberge, declaró que “la proliferación de la oración en la calle es un asunto serio y delicado” y aseguró que tiene el mandato del primer ministro François Legault para actuar en esta materia. “Estoy decidido a cumplir este mandato diligentemente”, afirmó en un comunicado.
La iniciativa llega pocos días después de la publicación de un informe de casi 300 páginas elaborado por un comité asesor sobre la ley de secularismo (Proyecto de Ley 21). Dicho comité había recomendado ampliar la prohibición del uso de símbolos religiosos a los trabajadores de guarderías subsidiadas, pero sugirió dejar la regulación de las oraciones públicas en manos de los municipios.
A pesar de ello, el ministro Roberge sostuvo que tanto el informe como los debates internos del caucus influyeron en la decisión de presentar una propuesta más estricta. “Gracias a estas reflexiones, nuestras posiciones sobre el secularismo están muy avanzadas”, indicó.
El propio primer ministro Legault ya había manifestado en diciembre su deseo de vetar las oraciones en espacios abiertos. “Ver gente rezando en las calles o parques no es algo que queramos en Quebec. Cuando queremos rezar, vamos a la iglesia o a la mezquita, pero no a lugares públicos”, expresó entonces, adelantando que su gobierno podría recurrir incluso a la cláusula de excepción para garantizar la medida.
El debate sobre la laicidad ha generado fuertes divisiones en la provincia. Mientras sectores nacionalistas defienden el refuerzo de la neutralidad religiosa del Estado, líderes musulmanes califican las medidas como discriminatorias y contrarias a las libertades individuales.
El gobierno de la Coalición Avenir Québec, que ha perdido terreno en las encuestas y en elecciones parciales frente al Parti Québécois, busca consolidar su base política con un proyecto que promete reavivar la polémica sobre el papel de la religión en la sociedad quebequense.