La Paz, 14 Agosto.- El político conservador Jorge Tuto Quiroga Ramírez, presidente de Bolivia entre 2001 y 2002, anunció su intención de regresar a la Presidencia del país, con el objetivo de lograr la «libertad» para Bolivia y poner fin a casi 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
Nacido en Cochabamba el 5 de mayo de 1960, Quiroga es ingeniero industrial y administrador de empresas. A sus 30 años fue uno de los ministros más jóvenes del país y, previamente, representó a Bolivia ante organismos financieros internacionales. Fue vicepresidente entre 1997 y 2001 y asumió la Presidencia tras la renuncia de Hugo Banzer por motivos de salud.
Tras su gobierno, Quiroga se postuló a la presidencia en 2005, 2014 y 2020, aunque en esta última elección declinó su candidatura al considerar imposible disputar una segunda vuelta frente al oficialista Luis Arce, actual presidente de Bolivia. Ha encabezado varias fuerzas políticas, entre ellas Podemos, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Libre 21.
Desde los años noventa, Quiroga ha sido crítico del expresidente Evo Morales, a quien calificó de «pedófilo» en referencia a un proceso penal en su contra, y de «personaje nefasto» en la historia de Bolivia. También ha criticado fuertemente al gobierno actual de Arce, responsabilizándolo por la crisis económica del país debido a la corrupción y al mal manejo del modelo económico.
Entre sus propuestas electorales, Quiroga plantea «liberar» a los bolivianos del MAS, reducir el número de ministerios y viceministerios, reorganizar entidades descentralizadas y funcionarios del Estado, y recuperar la economía mediante acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales.
Durante la crisis política de 2019, participó como mediador en reuniones que facilitaron la salida de Morales hacia México, en medio de denuncias de golpe de Estado y de fraude electoral.
En 2024, la Justicia boliviana reabrió un proceso contra Quiroga por calumnias e injurias, vinculado a declaraciones sobre un caso de corrupción de 2009 tras el asesinato del representante de una empresa contratada por YPFB.
Las encuestas preelectorales lo sitúan en segundo lugar, detrás del empresario Samuel Doria Medina, con una mínima diferencia que podría llevar a una segunda vuelta entre ambos candidatos opositores.