Ciudad de Guatemala, 12 agosto.- Un tribunal guatemalteco declaró este martes culpables a cuatro exfuncionarios por el delito de homicidio culposo, tras la muerte de 41 niñas en un incendio ocurrido en 2017 en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, donde las menores permanecían encerradas bajo llave.
La jueza Ingrid Cifuentes, del Tribunal Séptimo de Sentencia Penal, dictó penas de entre seis y ocho años de prisión, tras un proceso judicial que se prolongó por más de ocho años y que incluyó 120 audiencias, 107 testigos, 45 peritos y más de mil documentos como pruebas.
La tragedia ocurrió el 8 de marzo de 2017, cuando las niñas fueron recluidas en un aula del centro estatal, ubicado a las afueras de la capital, después de haberse fugado la noche anterior para denunciar malos tratos y presunta trata de personas. Un incendio iniciado dentro del aula provocó la muerte inmediata de 17 menores, mientras que otras 24 fallecieron posteriormente en hospitales o durante su traslado, incluida una víctima que murió en Estados Unidos.
Entre las condenadas figura la exsubinspectora policial Lucinda Marroquín Carrillo, quien recibió ocho años por homicidio culposo y cinco por maltrato a menores. Según el tribunal, al ser alertada del humo, habría dicho: «Que se quemen esas hijas de la gran puta».
La exfuncionaria Brenda Chamán, de la Secretaría de Bienestar Social, fue sentenciada a seis años por homicidio culposo y otros seis por incumplimiento de deberes. El exjefe de la institución, Carlos Rodas, y el exdirector del hogar, Santos Rodas, recibieron cada uno ocho años por homicidio culposo, seis por abuso de autoridad y seis por incumplimiento de deberes.
También fueron condenados el excomisario Armando Pérez Borja, con seis años por abuso de autoridad, y la exdefensora de la Niñez Gloria Castro, con seis años por incumplimiento de deberes.
De los siete acusados, el exasesor jurídico Harold Flores fue absuelto, mientras que la exsubsecretaria Anahy Keller fue desligada del caso en mayo pasado.
Al concluir la audiencia, familiares y sobrevivientes gritaron «¡Justicia para los niños del Hogar Seguro, justicia!», en medio de aplausos, cerrando un capítulo judicial marcado por demoras, apelaciones y casi una década de espera.