ANACONDA, 2 agosto — Las autoridades de Montana han desplegado un operativo de búsqueda por tierra y aire en una remota zona montañosa, tras un sangriento tiroteo que dejó cuatro personas muertas en un bar del pueblo de Anaconda. El principal sospechoso es Michael Paul Brown, un exsoldado de 45 años que logró escapar tras la masacre.

Brown es buscado por el ataque perpetrado en The Owl Bar, donde presuntamente abrió fuego contra un camarero y tres clientes. Luego del crimen, huyó en una camioneta blanca tipo pickup, la cual fue localizada abandonada, según informó Lee Johnson, director de la División de Investigación Criminal del estado. “Se trata de un individuo armado y altamente peligroso”, advirtió Johnson el viernes por la noche, al tiempo que pidió a los residentes no salir de sus hogares y mantenerse en máxima alerta.

Hasta el momento, los nombres de las víctimas no han sido divulgados, a la espera de notificar a sus familiares. “Este acto brutal ha golpeado a una comunidad pequeña, trabajadora y profundamente unida que no merece ser escenario de este tipo de violencia”, expresó Johnson.

The Owl Bar está ubicado en el corazón de Anaconda, una localidad de apenas 9.000 habitantes rodeada de montañas, a unos 40 kilómetros al noroeste de Butte. Fundada en el siglo XIX por empresarios del cobre, la ciudad aún conserva una chimenea industrial como símbolo de su historia minera.

Según confirmó David Gwerder, propietario del bar, Brown vivía justo al lado del local y conocía bien a las víctimas. “No había conflictos previos. Esto fue completamente inesperado. Creo que perdió el control de la realidad”, declaró.

Michael Brown sirvió en el Ejército de Estados Unidos entre 2001 y 2005 como operador de vehículos blindados, y fue desplegado en Irak entre 2004 y 2005. Más tarde, se integró a la Guardia Nacional de Montana, donde permaneció hasta 2009 y alcanzó el rango de sargento, de acuerdo con información proporcionada por la portavoz militar Ruth Castro.

Familiares del sospechoso afirman que el exsoldado ha lidiado durante años con graves trastornos mentales. Su sobrina, Clare Boyle, relató que la familia intentó conseguirle atención médica en repetidas ocasiones. “No estamos hablando de una persona borracha o drogada. Es alguien profundamente enfermo, que muchas veces no reconoce ni el tiempo ni el lugar donde está”, escribió en redes sociales.

La búsqueda de Brown se intensificó en las colinas cercanas a Stumptown Road, en el sector occidental del pueblo, donde se desplegaron helicópteros y unidades terrestres. Toda la zona fue acordonada para evitar el ingreso de civiles. “Los agentes avanzaban por el bosque mientras un helicóptero inspeccionaba desde el aire”, relató Randy Clark, un policía retirado que vive en el área.

El miedo se apoderó del pueblo durante la mañana del viernes. Varios comercios cerraron sus puertas mientras corría la noticia del tiroteo. Barbie Nelson, dueña de una cafetería local, dijo que se refugió con sus clientes tras recibir una advertencia. “Aquí las armas son parte de la vida cotidiana. Pero que todo el pueblo se paralice por miedo, eso no es algo que se vea todos los días”, confesó.

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