KANANASKIS, 18 junio.- El primer ministro canadiense, Mark Carney, regresará este martes a Ottawa tras ser anfitrión de la cumbre del G7 celebrada en Kananaskis, Alberta, donde recibió a líderes de las principales economías del mundo para abordar temas clave como los aranceles estadounidenses, la inteligencia artificial y la trata de personas.
Carney aprovechó el evento internacional para mantener sus primeras reuniones bilaterales como jefe de gobierno con figuras como el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro de India, Narendra Modi, cuya participación generó controversia. Grupos de la comunidad sikh protestaron por la presencia de Modi, cuestionando el fortalecimiento de relaciones con India en momentos en que la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) ha acusado a diplomáticos indios de estar implicados en actos de extorsión, coerción e incluso homicidio.
Durante la cumbre, Carney destacó tres logros clave: un inminente acuerdo comercial con Estados Unidos, el co-lanzamiento de una reserva internacional de minerales críticos —con miras a garantizar el suministro estratégico de recursos esenciales para la transición energética—, y una mayor coordinación internacional en la lucha contra los incendios forestales, un problema que afecta de manera creciente a Canadá y otros países del G7.
Sin embargo, el regreso a la capital no será sin sobresaltos. El primer ministro enfrentará un ambiente político tenso, ya que su gobierno ha sido duramente criticado por intentar acelerar la aprobación de un controvertido proyecto de ley que reformaría los procesos federales de evaluación ambiental. La iniciativa ha sido acusada por la oposición de permitir que el Ejecutivo eluda normativas vigentes y reduzca los controles sobre grandes obras de infraestructura.
Los liberales han recurrido a medidas parlamentarias para limitar el debate, lo que ha provocado el rechazo de bloques conservadores, ambientalistas y expertos en derecho administrativo, quienes advierten sobre los riesgos de debilitar las evaluaciones independientes y la participación ciudadana en proyectos de alto impacto.
La cumbre de Kananaskis ha reforzado el perfil internacional de Carney, pero a nivel doméstico, los desafíos políticos apenas comienzan.