Glendale (EE.UU.), 21 SEP.- La ciudad de Glendale, Arizona, se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad en vísperas del funeral de Charlie Kirk, el activista ultraconservador asesinado el pasado 10 de septiembre en Utah, cuyo legado político ha generado enorme expectación y debate en Estados Unidos.
El homenaje se celebrará este domingo en el Estadio State Farm, casa de los Arizona Cardinals, con la asistencia del presidente Donald Trump, el vicepresidente JD Vance, la viuda del activista, Erika Kirk, y miembros de alto nivel de la Administración. Según la Casa Blanca, dos aviones completos de funcionarios se trasladarán a Arizona para participar en la ceremonia, que ha sido bautizada como “Construyendo un legado: recordando a Charlie Kirk”.
Un funeral con máxima seguridad
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha otorgado al funeral la calificación de seguridad más alta de la agencia, un estatus comparable al de eventos de enorme alcance como el Super Bowl. La decisión responde a la previsión de una asistencia masiva —más de 100.000 personas— y a la existencia de posibles amenazas detectadas en las últimas horas.
De acuerdo con un boletín filtrado a la cadena ABC News, las autoridades rastrean “varias amenazas de credibilidad desconocida” contra los asistentes. Aunque aún no se ha confirmado su veracidad, el DHS ha movilizado agentes federales y reforzado la cooperación con la policía local para evitar cualquier incidente.
El viernes pasado, un hombre armado de 42 años fue arrestado en el estadio tras hacerse pasar por un agente de seguridad, antes de que se instalara el perímetro de protección. El Servicio Secreto confirmó que permanece bajo custodia mientras avanza la investigación.
La figura de Kirk y la respuesta política
Kirk, fundador de Turning Point USA, fue asesinado de un disparo en el cuello durante un debate en la Universidad Utah Valley. Su muerte ha provocado un intenso debate en torno a la seguridad de los eventos públicos, la polarización política y la libertad de expresión en el país.
El activista se había consolidado como una de las voces más influyentes del movimiento conservador juvenil en EE.UU., con estrechos vínculos con la Casa Blanca y la derecha internacional. Su asesinato ha sido aprovechado por sectores de la extrema derecha europea, que lo presentan como un “mártir” para reforzar su narrativa política.
Participación de líderes republicanos
Según la portavoz presidencial Karoline Leavitt, el funeral contará con discursos del presidente Trump, el vicepresidente JD Vance, el presidente de la Cámara de Representantes y varios secretarios del Gabinete. “Eso da una idea de cuántas personas de los más altos niveles de nuestro Gobierno lo apreciaban”, afirmó Leavitt.
Además de líderes republicanos, se espera la presencia de miles de simpatizantes, quienes verán en el homenaje no solo una despedida, sino también un acto de reafirmación del ideario conservador que Kirk impulsó a través de Turning Point.