Madrid, 7 sep.- Cientos de mujeres recorrieron este sábado el centro de Madrid vestidas con los trajes de ‘El cuento de la criada’ para exigir el fin de los vientres de alquiler y reclamar que el Estado español actúe contra esta práctica que consideran una forma de violencia sobre las mujeres.

La movilización fue convocada por más de 30 organizaciones feministas, entre ellas la Federación Mujeres, la Asociación de Mujeres Juristas Themis, la Federación de Mujeres Progresistas y Apramp. La marcha comenzó en la plaza del Callao, continuó por Gran Vía hasta el paseo del Prado, se detuvo frente al Congreso de los Diputados y concluyó en la Puerta del Sol.

Con túnicas rojas y cofia blanca, inspiradas en la serie de televisión basada en la novela de Margaret Atwood, las manifestantes caminaron en filas de cuatro, en silencio y sin pancartas, repartiendo octavillas con el lema: “Las mujeres no se usan, no a los vientres de alquiler”.

Según los organizadores, entre 2010 y 2023 casi 4.000 bebés fueron adquiridos por ciudadanos españoles mediante contratos de gestación subrogada que implican la renuncia de la mujer a la filiación y a los derechos asociados a la gestación y el parto.

Ángeles Álvarez, presidenta de En clave feminista y exdiputada socialista, señaló que la protesta busca visibilizar que, aunque la gestación subrogada es ilegal en España, sigue siendo permitida en la práctica y reconocida por la legislación como una forma de violencia hacia las mujeres. Destacó algunos avances del Gobierno, como la prohibición de inscripciones en consulados, pero insistió en la necesidad de un ejecutivo valiente que retire la patria potestad a quienes han utilizado esta práctica.

Las activistas también denunciaron la creciente industria de la gestación subrogada, señalando un informe de la ONU que estima un crecimiento superior al 500 %, con ingresos que superarían los mil millones de dólares. Marta Cárdava, del Fórum Feminista de Madrid, destacó la falta de requisitos para recurrir a la subrogación frente a las estrictas exigencias de la adopción, mientras que Cándida Barroso, de la coordinadora feminista de Valencia, denunció las restricciones que sufren las madres gestantes, comparando el proceso con una forma de casi esclavitud, mientras la otra parte solo necesita tener dinero.

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