Washington, 30 agosto.- El Cartel de los Soles, organización criminal que Estados Unidos vincula directamente con el Gobierno de Nicolás Maduro, vuelve a estar en el centro del tablero geopolítico tras la decisión de la administración de Donald Trump de desplegar en el Caribe un imponente contingente militar, una maniobra sin precedentes en décadas recientes y que eleva al máximo la tensión con Caracas.
El operativo, que involucra a más de 4.000 efectivos —incluyendo unos 2.000 marines—, tres destructores, tres buques de transporte anfibio, un crucero lanzamisiles y un submarino nuclear, forma parte de la ofensiva de Washington contra lo que denomina “el cartel del narcotráfico en el poder”. Con este paso, la Casa Blanca busca cerrar el cerco contra Maduro y sus colaboradores, al tiempo que envía un mensaje de fuerza a toda la región.
La sombra del Cartel de los Soles
La existencia de esta red criminal, presuntamente formada por militares venezolanos y bautizada por las “soles” en sus insignias, se rastrea desde los años noventa. Sin embargo, no fue hasta marzo de 2020 cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. la reconoció formalmente, acusando directamente a Maduro y a Diosdado Cabello de liderarla. Desde entonces, la presión ha crecido: sanciones financieras, acusaciones judiciales y recompensas millonarias han acompañado el discurso estadounidense.
En 2023, la extradición desde España del exjefe de inteligencia militar Hugo “Pollo” Carvajal marcó un punto de inflexión. El antiguo general fue acusado de conspirar con las FARC y de introducir toneladas de cocaína en Estados Unidos. En paralelo, un tribunal de Nueva York condenó a Carlos Orense Azócar, vinculado a la cúpula del cartel, y las investigaciones apuntaron también al exvicepresidente Tareck El Aissami, hoy detenido en Caracas por corrupción.
En junio pasado, Carvajal se declaró culpable de narcotráfico, confirmando los vínculos con la guerrilla colombiana y reforzando la narrativa de Washington. Semanas después, el Departamento del Tesoro declaró al Cartel de los Soles como grupo terrorista, acusándolo de colaborar con organizaciones como el Tren de Aragua en Venezuela y el Cartel de Sinaloa en México.
Caracas contraataca
Desde el inicio, el régimen venezolano ha negado la existencia del cartel, tildando las acusaciones de “difamación imperialista”. Colombia, bajo el liderazgo de Gustavo Petro, se alineó con esta postura al afirmar que el verdadero narcotráfico en la región obedece a redes internacionales con base en Europa y Medio Oriente.
Pero no todos los Gobiernos latinoamericanos piensan igual. En las últimas semanas, Ecuador con Daniel Noboa, Argentina con Javier Milei y Paraguay con Santiago Peña reconocieron formalmente al Cartel de los Soles como una organización terrorista, respaldando la narrativa de Washington y generando un bloque político regional contra Caracas.
Un despliegue que agita el tablero regional
El USS Lake Erie, el USS Gravely, el USS Jason Dunham, el USS Sampson, así como los buques anfibios USS Iwo Jima, USS San Antonio y USS Fort Lauderdale, ya cruzaron el Canal de Panamá rumbo al Caribe. El despliegue, reforzado con el submarino nuclear USS Newport News, coloca a Venezuela bajo la lupa de una demostración de poder que, según la Casa Blanca, busca frenar las rutas de la cocaína que parten del Caribe hacia Estados Unidos.
La portavoz presidencial Karoline Leavitt evitó aclarar si este movimiento es preludio de una acción bélica directa contra Venezuela, limitándose a repetir que Washington no reconoce la legitimidad de Maduro y lo considera jefe de “un cartel del narcotráfico disfrazado de gobierno”.
Mientras tanto, Caracas denuncia la maniobra como una “amenaza de invasión”, y Petro advierte que un conflicto abierto podría desestabilizar a toda la región.
Próximos pasos
La ofensiva contra el Cartel de los Soles será parte central de la gira que el secretario de Estado Marco Rubio realizará la próxima semana por México y Ecuador. Allí, además de fortalecer alianzas contra el narcotráfico, Washington buscará consolidar apoyos diplomáticos para legitimar su presión contra Maduro y aislar aún más a Venezuela en el escenario internacional.
La tensión en el Caribe recuerda a la Guerra Fría, pero con un nuevo actor: el narcotráfico como eje central de la confrontación. Para Trump, es un pulso geopolítico y un golpe de efecto interno; para Maduro, es una amenaza existencial a su supervivencia política. Lo cierto es que la región entera observa con cautela cómo la sombra del Cartel de los Soles se convierte en un nuevo epicentro de la disputa hemisférica.