Washington, 22 Oct. — Las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas por Pfizer y Moderna podrían ofrecer un efecto inesperado y beneficioso en algunos pacientes con cáncer, al estimular su sistema inmunológico y mejorar la respuesta a tratamientos de inmunoterapia, según una investigación publicada este miércoles en la revista Nature.
El estudio, realizado por científicos del Centro de Cáncer MD Anderson en Houston y la Universidad de Florida, analizó los casos de casi mil pacientes con cáncer de pulmón o de piel avanzado. Aquellos que recibieron una vacuna de ARNm dentro de los 100 días posteriores al inicio de su tratamiento inmunoterapéutico vivieron significativamente más tiempo que quienes no fueron vacunados.
Los investigadores aclararon que este beneficio no está relacionado con la protección contra el virus, sino con el propio efecto del ARN mensajero (ARNm), una molécula que podría ayudar al sistema inmunitario a reconocer y atacar mejor los tumores.
“La vacuna actúa como una sirena que activa las células inmunitarias en todo el cuerpo”, explicó el doctor Adam Grippin, investigador principal de MD Anderson. “Estamos haciendo que los tumores resistentes se vuelvan sensibles a la terapia inmunológica”.
El equipo científico considera que estos resultados son tan alentadores que ya preparan un nuevo ensayo clínico para evaluar si las vacunas de ARNm contra el coronavirus podrían combinarse con inhibidores de puntos de control, fármacos que eliminan los mecanismos que los tumores usan para evadir el sistema inmunitario.
El ARNm, conocido por su papel en las vacunas contra el COVID-19, contiene las instrucciones genéticas que permiten a las células producir proteínas. Desde hace años, los científicos intentan desarrollar vacunas personalizadas contra el cáncer que utilicen esta tecnología para entrenar al sistema inmunológico a identificar y eliminar las células tumorales.
El doctor Jeff Coller, experto en ARNm de la Universidad Johns Hopkins, calificó los hallazgos como una “muy buena pista” de que esta tecnología podría tener aplicaciones más amplias. “Los medicamentos basados en ARNm continúan sorprendiéndonos con lo beneficiosos que pueden ser para la salud humana”, señaló.
Los resultados del estudio mostraron que los pacientes vacunados con cáncer de pulmón tenían el doble de probabilidades de sobrevivir tres años después de iniciar el tratamiento, mientras que los pacientes con melanoma también presentaron una supervivencia notablemente mayor. En cambio, las vacunas no basadas en ARNm, como las de la gripe, no mostraron ningún efecto similar.
“Esta podría ser la base para el desarrollo de futuras terapias combinadas que potencien el efecto de la inmunoterapia”, concluyó Grippin.







