Nueva York, 23 sep (AP).- Mientras cerca de 150 líderes mundiales se reunían en Manhattan para la Asamblea General de la ONU, el Servicio Secreto de Estados Unidos desmanteló silenciosamente una enorme red de telecomunicaciones clandestina ubicada a menos de 35 millas de las Naciones Unidas, capaz de paralizar torres de telefonía celular, bloquear llamadas al 911 y saturar las redes con caos en el momento de mayor vulnerabilidad de la ciudad.
El sistema, descubierto como parte de una investigación más amplia sobre amenazas a altos funcionarios, estaba compuesto por más de 300 servidores SIM y 100.000 tarjetas SIM activas, con capacidad para duplicar o triplicar la infraestructura, según detalló Matt McCool, agente especial a cargo de la oficina del Servicio Secreto en Nueva York. McCool advirtió que la red podía generar hasta 30 millones de mensajes de texto por minuto, saturando las comunicaciones de emergencia y civiles.
Alcance y funcionamiento de la red
Los servidores operaban como bancos de celulares simulados, capaces de generar llamadas y mensajes masivos, así como de enmascarar comunicaciones cifradas utilizadas por criminales, carteles y organizaciones terroristas. Aunque no se ha detectado un complot directo contra la Asamblea General de la ONU, los investigadores creen que actores estatales aprovecharon el sistema para enviar mensajes cifrados a grupos criminales y terroristas.
McCool explicó que el análisis forense del sistema requiere revisar 100.000 teléfonos y todas las llamadas y mensajes asociados, un proceso que llevará tiempo, pero que permitirá identificar el destino final de las comunicaciones y posibles vínculos internacionales.
Una operación sofisticada y costosa
El operativo descubrió filas de servidores y estantes repletos de tarjetas SIM, muchas ya activas y otras listas para ser incorporadas, lo que indica una infraestructura altamente organizada y financiada, con costos de millones de dólares solo en hardware y tarjetas. McCool comparó el impacto potencial de la red con los apagones celulares que se registraron tras los ataques del 11 de septiembre y el maratón de Boston, subrayando que los operadores de esta red habrían podido generar un apagón masivo a voluntad, afectando tanto a ciudadanos como a la respuesta de emergencia.
El director del Servicio Secreto, Sean Curran, enfatizó que la agencia mantiene como prioridad la prevención, y que investigaciones como esta muestran que amenazas inminentes serán detectadas, rastreadas y desmanteladas de inmediato.
Advertencia sobre riesgos futuros
McCool alertó que, aunque esta red fue neutralizada, podrían existir otras redes similares en otras ciudades de Estados Unidos, advirtiendo que es prudente asumir que este tipo de infraestructura clandestina podría replicarse y poner en riesgo a otras áreas urbanas densamente pobladas.