Lima, 22 sep.- La desaprobación a la presidenta de Perú, Dina Boluarte, llegó al 93,8 %, mientras que la del Congreso alcanzó el 94,4 %, según una encuesta nacional difundida este lunes por la emisora RPP y elaborada por la empresa privada CPI. A diez meses del fin de mandato, ambos poderes del Estado enfrentan un nivel histórico de rechazo ciudadano.

El estudio reveló que Boluarte, considerada la mandataria con la popularidad más baja de Latinoamérica, cuenta con apenas un 2,5 % de aprobación, un porcentaje que se sitúa dentro del margen de error de la muestra. En Lima y Callao, la desaprobación a su gestión escaló al 95,3 %, mientras que en el resto del país alcanzó un promedio de 92,8 %.

Congreso en su peor momento

La percepción negativa hacia el Parlamento también es abrumadora: solo el 1,8 % de los peruanos aprueba su labor. En Lima y Callao, ese respaldo cae al 0,8 %, y en las demás regiones llega a 2,4 %. La mayor desaprobación se registra en la costa sur, donde el rechazo al Legislativo alcanza un 97,2 %.

La encuesta fue realizada entre el 11 y 17 de septiembre a 1.200 ciudadanos a nivel nacional, con un nivel de confianza de 95,5 % y un margen de error de 2,8 %.

Crisis política y escándalos

Boluarte asumió la presidencia el 7 de diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo por un fallido intento de golpe de Estado. Desde entonces, su gestión ha estado marcada por protestas sociales, especialmente en el sur del país, que dejaron cerca de 50 muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Además, la mandataria enfrenta múltiples investigaciones fiscales, entre ellas por el uso de joyas y relojes de lujo no declarados, cirugías estéticas sin autorización del Congreso y su presunta relación con la fuga de Vladimir Cerrón, líder del partido marxista Perú Libre.

Por su parte, el Congreso, controlado por fuerzas conservadoras, es percibido como parte de un “pacto tácito” con el Gobierno, lo que según analistas y ciudadanos asegura la permanencia de sus integrantes en el poder, fomenta gastos innecesarios y obstaculiza reformas urgentes frente al avance del crimen organizado y la minería ilegal.

Panorama sombrío

Con las cifras actuales, la desaprobación a Boluarte y al Congreso refleja un desgaste institucional extremo en Perú, a menos de un año de la transición de Gobierno prevista para el 28 de julio de 2026. Para los especialistas, el descontento ciudadano anticipa un escenario de inestabilidad política que podría recrudecerse en los próximos meses si no se emprenden reformas de fondo.

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