CARACAS, 25 agosto.- El régimen de Nicolás Maduro lanzó una nueva convocatoria de alistamiento militar para los días viernes 29 y sábado 30 de agosto, luego del evidente fracaso de su primera jornada, donde plazas y cuarteles permanecieron prácticamente vacíos. Según el dictador, la medida busca “completar” el registro de la Milicia Nacional Bolivariana (MNB) ante lo que calificó como “amenazas de Estados Unidos”, tras el despliegue de buques norteamericanos en el Caribe como parte de un operativo contra el narcotráfico.

Maduro aseguró que la alta demanda habría “saturado” los centros de inscripción, pero medios locales y líderes opositores mostraron imágenes de plazas desiertas en estados tradicionalmente oficialistas, como Barinas y Vargas, contradiciendo la versión oficial.

Durante el primer llamado, incluido dentro del “Plan Nacional de Soberanía y Paz”, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, insistió en que el proceso era “voluntario” y no una movilización obligatoria. Sin embargo, la oposición denunció que la campaña oficialista se apoyó en propaganda estatal para fingir apoyo popular.

La líder opositora María Corina Machado exhortó a la ciudadanía a ignorar la convocatoria y afirmó: “Hoy, una vez más, la dignidad y valentía del pueblo venezolano se imponen. Las plazas vacías anuncian el futuro que se aproxima. No tengas miedo. No estás solo. Ellos sí”.

De acuerdo con plataformas ciudadanas como Vente Barinas y Comando Con Venezuela, la falta de voluntarios fue notoria incluso en plazas emblemáticas como la “Hugo Chávez” en Sabaneta. Voceros opositores recalcaron: “Ningún venezolano se alista con criminales”.

El contexto político y social agrava el rechazo: Venezuela atraviesa una prolongada crisis económica, con hiperinflación, desabastecimiento de productos básicos y una emigración que supera los 7 millones de personas desde 2014. Tras las elecciones de julio de 2024, calificadas de fraudulentas por observadores internacionales, el chavismo ha incrementado la represión contra la oposición y el encarcelamiento de disidentes.

Aunque el Pentágono subrayó que la movilización de buques en el Caribe responde a la lucha regional contra el narcotráfico y no está dirigida contra Caracas, el régimen insiste en presentar la operación como una amenaza directa para justificar su llamado a filas.

El fracaso en la respuesta ciudadana revela la desconexión entre el discurso oficialista y la realidad del país, donde cada vez más venezolanos expresan su rechazo a un gobierno que recurre a la militarización para sostenerse en el poder.

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