Jerusalén, 22 agosto.- La Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó este viernes el informe independiente respaldado por la ONU, que declaraba la existencia de una hambruna en la gobernación norteña de Gaza, donde ya se estima que medio millón de personas padecen escasez extrema de alimentos.
En un comunicado, la Oficina calificó el informe de la CIF (Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria) como una “mentira descarada” y aseguró que Israel no aplica políticas de hambruna, sino que busca prevenirla. Según el texto oficial, desde el inicio de la guerra, dos toneladas de ayuda han entrado en Gaza.
Acusaciones contra Hamás y esfuerzos humanitarios
El comunicado israelí acusa a Hamás de robar ayuda para financiar su maquinaria bélica, aunque esta afirmación no ha sido verificada por organizaciones independientes ni por Israel. Además, Israel asegura que los esfuerzos humanitarios se han realizado mediante lanzamientos aéreos, entregas marítimas y rutas de transporte seguras, gestionadas por empresas estadounidenses.
El informe de la CIF, utilizado como estándar global para medir la seguridad alimentaria, establece que la región alcanza nivel 5 de hambruna catastrófica, caracterizado por la escasez extrema de alimentos, desnutrición aguda y riesgo de muerte, afectando especialmente a mujeres embarazadas, niños, ancianos y personas con discapacidad.
Si el bloqueo israelí persiste y no se permite la entrada masiva de alimentos, se prevé que la hambruna se extienda hacia el centro (Deir el Balah) y el sur (Jan Yunis) de la Franja, alcanzando un total de 640.000 personas.
Un pediatra de la ONG estadounidense MedGlobal, que ha trabajado en hospitales de Gaza durante la ofensiva, subraya que toda la población de Gaza está sufriendo hambre, a pesar de las declaraciones del Gobierno israelí.