Bogotá, 12 junio – El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció públicamente que sectores de la «extrema derecha» en Colombia y Estados Unidos estarían conspirando para ejecutar un «golpe de Estado en su contra», en un contexto marcado por el aumento de la violencia armada y el deterioro de las relaciones bilaterales con Washington.
Durante un acto público celebrado en la ciudad de Cali, Petro respaldó una afirmación hecha horas antes por su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, quien señaló directamente al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, como parte de un supuesto plan desestabilizador. “Dice un presidente vecino que el señor Marco Rubio está planeando un golpe de Estado contra mí”, aseguró el mandatario colombiano, aunque sin implicar de forma directa al alto funcionario estadounidense.
La grave acusación ocurre mientras Colombia vive una oleada de violencia que incluye el atentado a tiros contra el senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico, así como al menos 19 ataques armados perpetrados en el suroeste del país por disidentes de las FARC, con un saldo de siete personas muertas.
Denuncia en redes y tensiones diplomáticas
Horas antes de su intervención en Cali, Petro escribió en la red social X (antes Twitter) que “personas de extrema derecha colombiana y en los EEUU mantienen conversaciones fluidas” con el objetivo de derrocarlo. Agregó que un “dirigente extremista” colombiano habría mantenido contactos con Rubio, sin especificar detalles ni pruebas concretas, aunque aseguró que existen evidencias que deberían hacerse públicas.
Estas declaraciones suponen un nuevo pico en las tensiones entre Bogotá y Washington, en un momento en que el gobierno estadounidense evalúa si renovar la certificación de Colombia como aliado en la lucha contra el narcotráfico.
Además, las recientes iniciativas de Petro para estrechar lazos con China, sumadas a la guerra arancelaria impulsada por Donald Trump y las políticas antimilitaristas del mandatario colombiano, han contribuido a enfriar la relación con su principal socio comercial.
Reacciones políticas y llamado a moderar el discurso
Tras sus declaraciones, diversos sectores políticos del país exhortaron al presidente a moderar su discurso para evitar una mayor polarización nacional e internacional.
“Me han pedido bajar el tono y lo haré (…) pero eso no significa silenciarse”, respondió Petro durante su intervención, reafirmando su intención de continuar denunciando lo que considera intentos de desestabilización institucional.
En paralelo, el gobierno colombiano afirma estar reforzando las medidas de seguridad para proteger a políticos y ciudadanos ante la escalada de violencia, en el camino hacia las elecciones presidenciales de 2026, marcadas ya por un ambiente tenso y convulso.
La gravedad de las acusaciones del presidente Petro, en medio de una creciente crisis de seguridad y diplomacia, añade una nueva dimensión de incertidumbre al panorama político colombiano.