WASHINGTON, 10 junio.- El Gobierno de Estados Unidos condenó este lunes el creciente “discurso de odio” en Colombia, al considerar que ha contribuido al atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado durante un acto político en Bogotá.
“La retórica de odio que se extiende por el mundo es profundamente problemática. Crea inestabilidad e incita a la violencia. El pueblo colombiano no merece eso”, declaró la viceportavoz del Departamento de Estado, Mignon Houston, en conferencia de prensa.
Las declaraciones surgen luego de que el secretario de Estado, Marco Rubio, también expresara su condena al atentado e instara al presidente Gustavo Petro a “moderar la retórica incendiaria”.
Houston insistió en que “es importante recordar que la retórica dura y condescendiente puede ser preocupante e incitar a la violencia”, y manifestó su solidaridad con el legislador del partido Centro Democrático: “Es desgarrador que el senador, joven y en la flor de su carrera, haya sido víctima de un acto tan violento. Él y su familia no merecen esto. Nuestros corazones y oraciones están con él para su completa recuperación”.
Atentado en Bogotá
Miguel Uribe Turbay, uno de los referentes más visibles de la oposición al gobierno de izquierda de Gustavo Petro y figura ascendente del uribismo, fue atacado a tiros el sábado mientras participaba en un evento de precampaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2026.
Según el más reciente parte médico de la Fundación Santa Fe, donde permanece internado, Uribe Turbay se encuentra en “estado crítico, pero estable”.
Las autoridades continúan investigando los hechos, sin que hasta el momento se haya identificado públicamente a los responsables. Mientras tanto, sectores de la oposición y de la comunidad internacional han exigido garantías para el ejercicio político en el país.
El atentado ha generado un fuerte debate sobre el clima político y el nivel de polarización en Colombia, donde varios líderes han llamado a un cese de la confrontación verbal para evitar una escalada de violencia similar.