Miami (EE.UU.), 15 julio.- Las autoridades de Miami-Dade están investigando los graves incidentes ocurridos durante la final de la Copa América 2024 en el Hard Rock Stadium, donde cientos de fanáticos se vieron envueltos en caos, violencia y destrucción. El partido finalizó con Argentina coronándose campeona tras vencer 1-0 a Colombia, pero los problemas comenzaron mucho antes del pitido inicial.
Horas previas al encuentro, una multitud desesperada por presenciar el partido rompió cercos de seguridad, trepó vallas y evadió las torniquetes de acceso, provocando estampidas y obligando al cierre temporal de las puertas. Incluso se reportaron intentos de ingreso a través de ductos de ventilación del estadio, evidenciando la magnitud del descontrol.
La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine-Cava, expresó su indignación por los eventos sin precedentes, asegurando que situaciones como estas no deberían repetirse. Muchos hinchas, algunos de ellos provenientes del extranjero, quedaron fuera del estadio a pesar de tener boletos válidos, exigiendo ahora el reembolso de los miles de dólares invertidos.
El Hard Rock Stadium ha iniciado conversaciones con la Conmebol para abordar las preocupaciones individuales de los afectados. El incidente obligó a las autoridades locales a desplegar un número inusualmente alto de 550 agentes de seguridad, quienes inicialmente lograron contener la situación y posteriormente reforzaron la seguridad.
Tanto la alcaldesa Levine-Cava como el jefe de la Policía local, Jaime Reyes, han señalado a la Conmebol como responsable de lo sucedido, subrayando que la organización del evento deportivo es responsabilidad del ente rector del fútbol en América del Sur.
Previo al caos, el ambiente festivo cerca del estadio se vio oscurecido por la entrada forzada de personas sin entradas válidas. Muchos de los presentes describieron momentos de angustia y peligro, con estampidas y escenas de desmayos entre la multitud. Las ambulancias y paramédicos trabajaron arduamente para atender a los heridos.
El partido, programado para las 8:00 pm hora local, se retrasó hasta por 90 minutos debido a la situación caótica. Jugadores argentinos como Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Alejandro Garnacho y Alexis Mac Allister incluso salieron de sus vestuarios para buscar a familiares atrapados fuera del estadio.
A pesar de abrir temporalmente las puertas para permitir el ingreso de algunos fanáticos sin revisar sus entradas, la organización volvió a cerrarlas antes del inicio del juego. Testimonios como el de Agus Lezcano, quien viajó desde Argentina solo para quedar fuera del estadio con su familia, reflejan la frustración y el caos vivido en el evento.
Las autoridades continúan evaluando las causas y consecuencias de este incidente, mientras que equipos de limpieza trabajan para restaurar los daños causados, incluyendo reparaciones en escaleras mecánicas, rejas y ductos de ventilación del estadio.
Este lamentable episodio ha dejado un saldo de tensiones, daños materiales y la necesidad de replantear los protocolos de seguridad en futuros eventos deportivos de gran magnitud en la región.
