LIMA, 12 SEP.- El Museo del Convento de Santo Domingo, primera orden religiosa que llegó al Perú en 1535 con la expedición de Francisco Pizarro, se ha consolidado como un nuevo punto turístico y cultural del centro histórico de Lima tras la restauración de su fachada, torre y campanario, mientras se mantiene la recuperación de los azulejos sevillanos que decoran su interior.
«Hemos retrocedido en el tiempo y se aprecia toda la magnitud y belleza de aquellas épocas», afirmó Luis Enrique Ramírez, director del museo, al presentar los trabajos de restauración que forman parte del conjunto monumental del centro histórico.
El convento y la basílica de Santo Domingo son un sitio de peregrinación para los católicos, al albergar las reliquias de tres santos peruanos: Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías, quienes vivieron estrechamente vinculados a la orden dominica.
Restauración exterior e interior del convento
Hace cuatro años, el programa Prolima, de la Municipalidad de Lima, propuso a los dominicos la restauración de la fachada, torre y campanario, con un presupuesto cercano a los 7-9 millones de soles (aproximadamente 2 millones de dólares).
«Ahora la Municipalidad también nos está apoyando con la restauración del altar de la Virgen del Rosario, patrona del Perú», añadió Ramírez. Las obras externas están a cargo del municipio, por su estatus de patrimonio nacional, mientras que los trabajos internos son responsabilidad de la orden dominica.
Azulejos del siglo XVII y hallazgos históricos
Los azulejos traídos de Sevilla en 1604 adornan las columnas y paredes del claustro principal. Cada columna requiere una restauración aproximada de 25.000 soles (7.000 dólares). Durante los trabajos, se descubrió un ‘pago a la tierra’, ofrendas indígenas realizadas en espacios sagrados, evidenciando la riqueza histórica y cultural del lugar.
El museo se autofinancia parcialmente gracias a la afluencia turística, y ha incorporado visitas teatralizadas y contenido digital para atraer al público familiar.
Conexión con la educación y la historia religiosa
El convento también albergó el Estudio General de los dominicos, que posteriormente se convirtió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, considerada la más antigua de América si se toma en cuenta su origen como institución educativa dominica.
Además, los claustros fueron refugio de San Martín de Porres, quien inició su vida religiosa como ayudante de limpieza, y de Santa Rosa de Lima, la primera santa americana. El museo dedica espacios específicos a cada santo, mostrando reliquias mayores y menores que reflejan la profunda vinculación del convento con la historia religiosa del Perú.
El Museo del Convento de Santo Domingo, ubicado cerca del Palacio de Gobierno, se consolida así como un eje de turismo cultural y patrimonial, ofreciendo a visitantes locales y extranjeros un recorrido por la historia del país desde la época virreinal hasta la actualidad.








