MADRID, 25 de julio – El centro de acogida temporal habilitado en Pinar de San José por el Ayuntamiento de Madrid para atender a personas sin hogar desalojadas del aeropuerto de Barajas recibió la noche del jueves a 51 personas, diez más que el día anterior, tras el operativo impulsado por Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea).
Desde el pasado 14 de julio, el consistorio activó este dispositivo de emergencia, gestionado por Samur Social y los equipos de calle del Ayuntamiento, con capacidad para 150 plazas y previsto para mantenerse activo hasta el 20 de octubre. El objetivo es ofrecer alojamiento y atención social a quienes dormían habitualmente en las terminales del aeropuerto.
El desalojo fue llevado a cabo el jueves, según notificó Aena a las personas afectadas el día anterior. Aunque no se ha difundido la cifra total de desalojados, la noche posterior al operativo el número de personas alojadas en el centro municipal aumentó, lo que refleja el impacto inmediato de la medida.
Sin embargo, esta acción ha provocado un cruce de acusaciones entre Aena y el Ayuntamiento de Madrid. Desde el Consistorio se ha criticado la decisión de Aena por haber sido tomada de forma “unilateral”, lo que interrumpió el trabajo de seguimiento que los equipos sociales venían realizando con estas personas. La alcaldesa en funciones, Inma Sanz, lamentó que la medida complica ahora la localización y continuidad del acompañamiento social de los afectados.
Por su parte, Aena ha reprochado al Ayuntamiento que el centro de acogida esté “semivacío”, y lo atribuye a una “falta de diligencia” en la atención primaria y la derivación de personas sin hogar, competencias que recaen por ley en el consistorio. Según datos proporcionados por el propio Ayuntamiento, el número de personas sin techo en Barajas es menor al total de plazas disponibles en Pinar de San José, lo que ha sido esgrimido por Aena como evidencia de una gestión deficiente.
El conflicto entre ambas instituciones pone en evidencia la falta de coordinación institucional para abordar una situación que afecta tanto a solicitantes de asilo como a personas sin hogar crónicas, que habían convertido las terminales de Barajas, especialmente la T4, en su único refugio.
La situación, que ya ha generado una amplia cobertura mediática y debate social, continuará en el centro de la atención pública, especialmente si no se alcanza un acuerdo entre el Gobierno central, Aena y el Ayuntamiento para implementar una solución integral y sostenida al problema del sinhogarismo en entornos aeroportuarios.
