París, 6 nov.- La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, arremetió este miércoles contra la Fiscalía durante el juicio en el que está acusada, junto a otros miembros de su partido, de malversación de fondos públicos y complicidad. Le Pen expresó su frustración con el manejo de las pruebas por parte de la acusación, a la que recriminó su “deslealtad” y la utilización de pruebas de manera sesgada.
En el transcurso del interrogatorio, después de más de tres horas de audiencia, Le Pen acusó a los fiscales de centrarse únicamente en un comentario “humorístico” de un asistente parlamentario, a pesar de que en la instrucción se habían requisado ordenadores y miles de correos electrónicos internos de su partido, el Frente Nacional (FN), ahora denominado Agrupación Nacional. “Me parece que el método no es totalmente leal”, aseguró Le Pen, visiblemente molesta. Además, cuestionó la estrategia de la acusación, que según ella “lanza la red y trata de recoger el mayor número de cosas posibles”, en lugar de centrarse en pruebas directamente relacionadas con los cargos.
La líder ultraderechista y 26 miembros más del antiguo FN están siendo juzgados por su presunta implicación en un sistema organizado para utilizar a los asistentes de los eurodiputados del partido, pagados con fondos del Parlamento Europeo, para fines partidistas y no para las actividades parlamentarias previstas. Los delitos por los que están acusados incluyen malversación de fondos públicos y complicidad.
Le Pen, que podría enfrentar una condena de hasta diez años de prisión y ser inhabilitada para ejercer cargos públicos, lo que la excluiría de futuras elecciones presidenciales en 2027, también destacó la desproporción de los procedimientos utilizados en su caso. “Esas acciones no se han visto ni en casos graves de tráfico de drogas”, afirmó.
La presidenta del tribunal, Bénédicte de Perthuis, interrumpió varias veces a Le Pen durante el interrogatorio, criticando su discurso político y advirtiéndole que el tribunal no estaba para discutir cuestiones políticas. Le Pen, por su parte, insistió en que los correos electrónicos y mensajes presentados como pruebas habían sido sacados de contexto.
El eje central de la defensa de Le Pen radica en la argumentación de que los asistentes parlamentarios también realizaban tareas políticas dentro de la acción del partido, lo que, según su versión, justificaría el uso de los fondos del Parlamento Europeo. La acusación, en cambio, sostiene que la contratación de estos asistentes fue un medio indirecto para pagar a personas que trabajaban exclusivamente para el FN y no en el Parlamento Europeo.
Este juicio, que comenzó a finales de septiembre, ha sido marcado por una serie de enfrentamientos entre Le Pen y el tribunal, reflejando las tensiones entre la líder de la ultraderecha y las autoridades judiciales.
