La Habana, 4 sep.- La crisis del agua en Cuba continúa agravándose, afectando a más de 600.000 personas, lo que representa aproximadamente un 7 % de la población total, según informó este miércoles la prensa estatal. Este incremento del 25 % en los últimos diez meses se atribuye principalmente a los apagones y las averías en los sistemas de bombeo y redes hidráulicas.
En noviembre del año pasado, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) había reportado que 450.000 personas estaban afectadas por la falta de acceso adecuado al agua en todo el país. Sin embargo, la situación ha empeorado, particularmente en La Habana, donde más de 130.000 personas enfrentan dificultades para acceder al agua potable, según José Antonio Hernández, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento del INRH.
Las provincias más afectadas incluyen Pinar del Río y Artemisa en el oeste, Villa Clara y Cienfuegos en el centro, y Santiago de Cuba y Granma en el este, cada una con más de 30.000 personas sin servicio de agua adecuado.
Uno de los principales problemas es la inestabilidad del sistema electroenergético nacional, que provoca apagones diarios de hasta diez horas, afectando gravemente la capacidad de los equipos de abasto para operar. Hernández explicó que cuando se reanuda el suministro eléctrico tras un corte, el agua puede tardar entre tres y cuatro horas en llegar a su destino debido a la necesidad de presurizar los sistemas.
Además de los apagones, la intensa sequía y las averías en las redes hidráulicas han exacerbado la crisis. Aunque el Gobierno ha prometido inversiones para mejorar la situación, incluyendo la ejecución de 206 obras hidráulicas y la adquisición de unos 1.390 equipos de bombeo, los resultados hasta ahora han sido insuficientes para paliar la “compleja” situación.
La escasez de agua ha generado protestas en La Habana y otras provincias, donde los ciudadanos reclaman acceso al agua potable, un servicio básico que sigue siendo un desafío diario para cientos de miles de cubanos.
