ST. CLOUD, Minnesota, EE.UU. – 28 julio.- En el último tramo crucial de la campaña presidencial, el candidato republicano Donald Trump y su compañero de fórmula JD Vance llevaron su mensaje a St. Cloud, Minnesota, un estado que no ha respaldado a un candidato republicano desde 1972.
El mitin en St. Cloud fue presentado como una señal de optimismo por parte de la campaña republicana, que busca capitalizar una posible debilidad en el campo demócrata. Con el presidente Joe Biden mostrando signos de fatiga y especulaciones sobre una posible retirada de la campaña, Trump ha puesto un foco renovado en Minnesota, un estado clave en la región centro-norte de Estados Unidos.
El evento se realizó con el objetivo de desafiar las expectativas y atraer a los votantes de un estado que históricamente ha sido un bastión demócrata. Trump, quien ganó en Michigan y Wisconsin en 2016 pero los perdió en 2020, está intentando repetir su estrategia de 2016 al apuntar a Minnesota como un terreno fértil para su campaña.
Este mitin representa una apuesta estratégica para Trump, que busca obligar a la probable candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, y al partido demócrata a dedicar recursos a Minnesota. Esto podría desviar atención y fondos de estados clave para los demócratas, potencialmente debilitando su campaña en otras áreas importantes.
Sin embargo, la estrategia también conlleva riesgos. Si el tiempo de Trump en Minnesota no resulta en una respuesta positiva significativa, podría perder valiosas oportunidades de consolidar su apoyo en estados que son tradicionalmente más favorables para los republicanos.
El evento en St. Cloud destaca la estrategia de Trump de desafiar las convenciones electorales y probar nuevas rutas para asegurar una victoria en noviembre, mientras busca crear una presión adicional sobre los demócratas en un estado que ha sido históricamente difícil de conquistar para los republicanos.
