Madrid, 16 julio.- Parlamentarios de países europeos como España, Portugal e Italia, junto con legisladores de América Latina y expresidentes, planean viajar a Venezuela por sus propios medios y asumiendo todos los riesgos para participar como observadores en las elecciones presidenciales del 28 de julio, según declaró este martes a EFE el opositor exiliado Antonio Ledezma.
A pesar de la revocación por parte del gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro de la presencia de la Unión Europea como observador internacional, delegaciones parlamentarias como la del Partido Popular español (PP), invitadas por la líder opositora María Corina Machado y el candidato presidencial Edmundo González de la Plataforma Unitaria Democrática, estarán presentes.
Ledezma destacó la importancia de tener observadores antes, durante y después de la votación, dado el riesgo continuo de fraude combinado con obstáculos impuestos por el chavismo para dificultar la participación masiva de los venezolanos.
Los opositores están haciendo un llamado a la comunidad internacional, incluidos los gobiernos de España, Italia, y las fuerzas políticas de Francia, Reino Unido y Alemania, para que desde la distancia actúen como observadores de los acontecimientos en Venezuela.
Respecto a los rumores sobre una posible salida de Maduro de Venezuela si pierde las elecciones, Ledezma mencionó que el candidato presidencial Edmundo González ha propuesto una transición pacífica que incluya el respeto a los derechos humanos y garantías para todos, incluso aquellos con casos pendientes ante la justicia.
En el debate ‘Elección ¿libres y democráticas? en Venezuela’, organizado por la fundación Reformismo21 y el PP español, se discutió sobre la necesidad de justicia para los crímenes de lesa humanidad y se hizo un llamado a los militares para que respeten el Estado de Derecho y la voluntad del pueblo venezolano.
La portavoz parlamentaria adjunta del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, expresó preocupación por la amenaza de fraude electoral y criticó la postura de la diplomacia europea hacia Maduro, así como la complicidad percibida del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y empresas que han hecho negocios con la dictadura.
Álvarez de Toledo concluyó enfatizando el compromiso de no permitir que España se convierta en una democracia fallida y el objetivo de ayudar a sacar a Venezuela de la dictadura.
