El Cairo, 2 Nov. — Miles de sudaneses continúan atrapados en medio del caos y la violencia tras la toma de el-Fasher, en la región de Darfur, por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). La ocupación paramilitar de la ciudad, que permaneció sitiada durante 18 meses, ha desatado un nuevo ciclo de atrocidades, desplazamientos forzados y crisis humanitaria, según advirtieron organizaciones de ayuda internacional.
Solo unos pocos miles de desplazados han logrado llegar al campamento de Tawila, a 65 kilómetros de el-Fasher. “Los números siguen siendo muy pocos. No estamos viendo los cientos de miles que esperábamos. Si la gente sigue en el-Fasher, será muy difícil para ellos sobrevivir”, declaró Shashwat Saraf, director del Consejo Noruego para Refugiados (NRC), a la agencia AP.
Crímenes y desesperación entre los sobrevivientes
Los informes de asesinatos, agresiones sexuales y ejecuciones sumarias perpetradas por las FAR se multiplican. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó al menos 460 personas asesinadas dentro del hospital de el-Fasher durante el asalto.
Muchos de los sobrevivientes narran haber huido a pie bajo fuego cruzado, esquivando a hombres armados mientras buscaban refugio. “La gente que llega está desorientada, deshidratada y cubierta de moretones. Algunos ni siquiera recuerdan sus nombres”, relató Saraf.
Entre los desplazados hay alrededor de 170 niños no acompañados, algunos de apenas tres años, que caminaron hasta Tawila sin saber el paradero de sus familias.
El conflicto se intensifica y amenaza con expandirse
La caída de el-Fasher marca un punto de inflexión en la guerra civil que estalló en abril de 2023 entre las FAR, dirigidas por el general Mohammed Hamdan Dagalo (“Hemedti”), y el ejército sudanés, encabezado por el general Abdel-Fattah Burhan.
Según la ONU, el conflicto ha dejado más de 40.000 muertos y 14 millones de desplazados, además de provocar brotes de enfermedades que han cobrado miles de vidas adicionales. Organizaciones humanitarias alertan que la toma total de Darfur por las FAR podría alentar una nueva ofensiva hacia el centro del país, agravando la catástrofe humanitaria.
Acusaciones cruzadas y tensiones internacionales
En una conferencia en El Cairo, el embajador de Sudán, Imadeldin Mustafa Adawi, acusó a las FAR de cometer crímenes de guerra y exigió que la comunidad internacional las declare organización terrorista.
Adawi reiteró además las acusaciones contra los Emiratos Árabes Unidos (EAU), afirmando que han armado a las FAR y que no deberían participar en los esfuerzos de mediación. Abu Dabi ha negado las acusaciones, aunque múltiples informes internacionales han señalado evidencias de apoyo logístico y financiero.
En paralelo, el diplomático emiratí Anwar Gargash, durante la cumbre de seguridad Manama Dialogue en Bahréin, evitó responder directamente sobre el respaldo a las FAR, pero reconoció que la comunidad internacional “cometió un error crítico” al permitir que los dos generales hoy enfrentados derrocaran al gobierno civil en 2021.
Gargash aseguró que los EAU apoyan un alto el fuego humanitario de tres meses y la formación de un gobierno de transición civil en nueve meses, aunque el terreno político y militar sigue profundamente dividido.
Nuevos ataques en Kordofán agravan la tragedia
Mientras tanto, la Red de Médicos de Sudán reportó que al menos 12 personas, incluidos cinco niños, fueron asesinadas en ataques de las FAR contra campamentos de desplazados en Kordofán, región central del país.
Con millones de civiles atrapados entre las balas, la comunidad internacional enfrenta crecientes presiones para intervenir diplomáticamente y detener una guerra que ha dejado a Sudán al borde del colapso total.
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