Teherán, 1 Nov.- El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, aseguró este sábado que el uranio enriquecido producido en el país permanece bajo los escombros de las instalaciones nucleares atacadas en junio por Estados Unidos, y que no ha sido trasladado a otra ubicación, reiterando la postura de Teherán frente a recientes ataques y presiones internacionales.

Araqchi declaró a la televisión panárabe Al Jazeera que “los materiales nucleares siguen bajo los escombros de las instalaciones nucleares atacadas y no han sido trasladadas a ninguna otra parte. La tecnología existe, a pesar de las pérdidas”, en medio de la escalada de tensiones en la región.

Estas afirmaciones coinciden con declaraciones recientes del director del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, quien indicó que la mayor parte de los 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60% iraní no fue destruido en los ataques y permanece en los complejos nucleares de Isfahan, Fordow y parcialmente en Natanz.

Irán mantiene un programa nuclear con 440 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, nivel cercano al necesario para armas atómicas, aunque el régimen asegura que su programa es de carácter pacífico. Araqchi enfatizó que Teherán no negocia sobre misiles ni detiene el enriquecimiento de uranio y reiteró que Estados Unidos ha planteado condiciones “inaceptables e imposibles” para cualquier acuerdo.

El contexto de estas declaraciones se da tras la crisis militar en la región: el Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Irán el 13 de junio, seguida de bombardeos estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes el 22 de junio, que alcanzaron Fordow, Natanz e Isfahan. Ambas partes acordaron un alto el fuego el 24 de junio, aunque la tensión persiste.

Araqchi también criticó la decisión de Estados Unidos de reanudar pruebas nucleares, calificándola de “regresiva e irresponsable” y advirtiendo sobre el riesgo que representa para la paz y seguridad internacionales, en contraste con el programa nuclear de Irán, que calificó de pacífico y supervisable por organismos internacionales como la OIEA.

Este escenario mantiene la alerta internacional sobre el destino y control de materiales nucleares iraníes, y refuerza los llamados al diálogo y contención diplomática entre las potencias involucradas.

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