Los Ángeles, 1 nov.- La comediante Amy Schumer, de 44 años, sorprendió a sus seguidores al compartir en Instagram una serie de fotografías donde mostró su figura notablemente más delgada, resultado de su tratamiento con Mounjaro, un medicamento originalmente diseñado para tratar la diabetes tipo 2 y que se ha popularizado por su eficacia para bajar de peso.
En las imágenes, publicadas el jueves, la protagonista de Trainwreck posó con distintos atuendos: primero con un vestido de seda rosa y luego con un conjunto blanco y negro de pronunciado escote, luciendo unas piernas más tonificadas. En el pie de foto, Schumer expresó sentirse “fuerte, agradecida y segura” de sí misma, destacando que “lo más importante no es cómo te ves, sino cómo te sientes”. La actriz también agradeció a su entrenadora Mona, de la clínica Reload, y a su equipo médico por acompañarla en su proceso de recuperación tras una cirugía de espalda.
Una transformación celebrada en redes sociales
Las reacciones de celebridades y seguidores no se hicieron esperar. Heather Dubrow, del reality The Real Housewives of Orange County, comentó con entusiasmo “¡Guau!”, mientras que Snooki, de Jersey Shore, escribió: “Vale, sexo”. Por su parte, la escritora Jill Kargman elogió su aspecto diciendo: “Pareces de 26 años y medio”. Schumer respondió con humor, contando que había planeado asistir al 50 cumpleaños de una amiga, pero prefirió quedarse en casa con su hijo: “Me arreglé mucho, pero al final elegí quedarme con mi peque. ¡Gracias por todo el cariño!”.
El fármaco que cambió su vida
A comienzos de este año, Schumer reveló que Mounjaro fue el medicamento que finalmente le dio resultados, tras haber probado sin éxito otros fármacos similares como Ozempic y Wegovy. Explicó que decidió intentarlo luego de una consulta con Midi Health, una plataforma de telesalud enfocada en el bienestar femenino durante la perimenopausia.
“Hace tres años probé Wegovy y no lo soporté. Vomitaba todo el tiempo”, confesó la actriz en un video. “Con Mounjaro todo cambió. Tengo más energía, mejor piel, más cabello… ¡y hasta hablo más de sexo!”, bromeó. Su testimonio refleja el creciente interés entre celebridades y el público por los agonistas GLP-1, medicamentos que ayudan a controlar el apetito y los niveles de glucosa.
Una evolución física documentada
Según el Daily Mail, Schumer habría perdido al menos 18 kilos (40 libras) en los últimos meses. Durante la gala Glamour UK Mujeres del Año en 2015, declaró pesar 72 kilos, cifra que aumentó a 77 en 2022. Hoy, gracias a su tratamiento y una nueva rutina de ejercicios, se estima que pesa cerca de 59 kilos, con una cintura de 71 centímetros.
La nutricionista funcional Monica Partier señaló que “Amy ha experimentado una pérdida de peso saludable y se nota más feliz y equilibrada”, pero advirtió sobre la importancia de mantener hábitos alimenticios adecuados para sostener los resultados. “Una dieta rica en proteínas, frutas, verduras y la reducción de ultraprocesados son claves para conservar la salud”, indicó.
Más allá del peso: bienestar integral
Schumer ha sido una voz activa en temas de salud femenina, especialmente tras su diagnóstico de endometriosis, que la llevó a someterse a una cirugía para eliminar tejido uterino y aliviar el dolor crónico. “Estoy muy agradecida de no tener dolor”, escribió en su publicación.
En declaraciones recientes, aseguró que su transformación no responde a un deseo estético, sino a un proceso de autocuidado y empoderamiento. “Estoy trabajando con Midi Health para sobrellevar la perimenopausia, y con mi psicóloga para cuidar mi salud mental”, explicó.
A lo largo de su carrera, Amy Schumer ha sido reconocida por desafiar los estándares de belleza de Hollywood y promover una visión más realista del cuerpo femenino. Su reciente cambio físico, acompañado de una renovada fortaleza emocional, simboliza una etapa de renovación personal que combina salud, autoconfianza y madurez.
Su historia, seguida por millones en redes sociales, continúa inspirando a quienes buscan equilibrio entre bienestar físico y mental en un mundo donde la presión estética sigue siendo un desafío constante.








