BASILEA, 28 julio — La selección femenina de España se quedó a las puertas de la gloria tras perder en la tanda de penaltis frente a Inglaterra (1-1, 3-1) en la final de la Eurocopa 2025. Aunque fue superior durante la mayor parte del partido, el conjunto dirigido por Montse Tomé no logró concretar sus numerosas ocasiones y acabó cayendo ante el pragmatismo inglés y los propios errores desde los once metros.
España salió a dominar desde el primer minuto, con un planteamiento ambicioso que puso en aprietos a la defensa inglesa. Mariona Caldentey abrió el marcador en el minuto 21 tras una jugada colectiva por la banda derecha que culminó con un centro de Ona Batlle. Las inglesas, desconcertadas, apenas lograban reaccionar mientras España tejía jugadas con Aitana Bonmatí, Patri Guijarro y Esther González como protagonistas.
Pero la reacción británica no tardó en llegar. Sarina Wiegman, estratega implacable, movió el banquillo tras la lesión de Lauren James y encontró revulsivo en Chloe Kelly. Su incursión por la banda terminó con un centro medido para que Alessia Russo empatara de cabeza en la segunda mitad. Inglaterra, con menos posesión pero mayor efectividad, llevó el partido a la prórroga, donde España siguió generando peligro sin encontrar el gol.
La prórroga fue un monólogo español en busca del tanto definitivo, con Salma Paralluelo y Clàudia Pina generando desborde y oportunidades. Sin embargo, la arquera inglesa Mary Earps —que había sido duda antes del torneo— se erigió en figura salvadora, deteniendo varios intentos que pudieron sentenciar el partido.
La resolución desde los once metros fue un drama para las españolas. Aunque Cata Coll detuvo el primer lanzamiento de Mead, el disparo tuvo que repetirse por un doble toque y acabó en gol. Solo Patri Guijarro marcó por España; fallaron Mariona, Aitana y Salma, en una tanda para el olvido.
España se despide de la Eurocopa sin conocer la derrota en el tiempo reglamentario, con Esther González como Bota de Oro y Aitana Bonmatí reconocida como la mejor jugadora del torneo, pero sin el ansiado título que habría significado la histórica triple corona (Eurocopa, Mundial y Liga de Naciones).
El combinado nacional, que dominó el juego en la final y en gran parte del campeonato, queda como víctima de su falta de puntería y de una Inglaterra que volvió a demostrar que, en el fútbol moderno, la efectividad se impone al estilo. La derrota deja lecciones para el futuro, pero también la certeza de que esta generación española ha llegado para quedarse en la élite.








