ATLANTA, 5 julio.- Una mezcla de euforia y drama marcó la clasificación del Paris Saint-Germain a las semifinales del Mundial de Clubes, tras vencer 2-0 al Bayern Múnich en un encuentro que quedará recordado tanto por la brillantez futbolística como por la terrible lesión que sufrió Jamal Musiala.

El Mercedes-Benz Stadium de Atlanta fue testigo de un duelo intenso entre dos gigantes europeos, donde los goles de Désiré Doué y Ousmane Dembélé en los minutos finales sellaron el pase del conjunto parisino, que ya había hecho historia al conquistar su primera Champions League con una goleada 5-0 sobre el Inter de Milán.

La magia llegó en el tramo final

El partido parecía encaminado hacia la prórroga cuando apareció la chispa francesa. A los 78 minutos, João Neves demostró su olfato futbolístico al robar un balón a Harry Kane, iniciando una jugada que culminó con un zurdazo certero de Doué desde el borde del área, que se coló en la portería bávara para desatar la locura entre los aficionados del PSG.

La situación se complicó dramáticamente para los parisinos cuando tanto Willian Pacho como Lucas Hernández vieron la tarjeta roja en los últimos minutos, dejando al equipo de Luis Enrique con nueve jugadores sobre el césped. El ecuatoriano Pacho fue expulsado por una entrada temeraria, mientras que Hernández recibió la roja por propinar un codazo a un rival.

Sin embargo, jugando con dos hombres menos, el PSG encontró la tranquilidad definitiva cuando Dembélé marcó el segundo tanto, poniendo cifras definitivas a un encuentro que había tenido de todo.

La controversia arbitral

Luis Enrique no ocultó su malestar por las decisiones del colegiado, especialmente por la expulsión de Hernández. «Es una sensación muy extraña. Es evidente que la primera acción de Pacho es tarjeta roja, pero la segunda en ningún caso es tarjeta roja», declaró el técnico español, evidenciando su frustración con el arbitraje.

La sombra de Musiala

Pero si algo ensombreció esta victoria del PSG fue la horripilante lesión que sufrió Jamal Musiala al final del primer tiempo. En una jugada aparentemente rutinaria, Gianluigi Donnarumma salió a despejar un balón cerca de la línea de fondo, pero en su caída terminó aprisionando el tobillo izquierdo del mediocampista alemán de 22 años.

La fractura en el tobillo fue evidente desde el primer momento, y las imágenes del joven talento cayendo aparatosamente quedaron grabadas en la retina de todos los presentes. Donnarumma, visiblemente afectado, se llevó las manos al rostro en una muestra de pesar que reflejaba la gravedad de la situación.

El ambiente en el estadio cambió radicalmente. Ambos equipos se retiraron cabizbajos hacia el vestuario, y durante todo el segundo tiempo, los hinchas del PSG expresaron su descontento abucheando al portero italiano cada vez que tocaba el balón, en una muestra de la tensión que había generado el incidente.

Rumbo a las semifinales

Con esta victoria, el PSG asegura su lugar en las semifinales del Mundial de Clubes, donde se enfrentará al ganador del duelo entre Real Madrid y Borussia Dortmund. El partido se disputará en Nueva Jersey, donde los parisinos buscarán dar un paso más hacia su segundo título en esta competición.

El equipo de Luis Enrique ha demostrado su capacidad de resistencia, superando la adversidad de jugar con dos hombres menos en los momentos más críticos del encuentro. Sin embargo, la imagen de Musiala lesionado será un recordatorio de que el fútbol, más allá de sus glorias, también puede ser cruel e impredecible.

La semifinal promete ser otro capítulo emocionante en la carrera del PSG hacia la gloria, pero esta victoria en Atlanta quedará marcada para siempre por el drama humano que se vivió en el césped del Mercedes-Benz Stadium.

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