Nueva York, 14 ago.- La histórica firma cosmética Avon, conocida mundialmente por sus ventas directas, ha tomado una medida drástica para abordar su creciente crisis financiera y legal en Estados Unidos. La empresa se ha declarado en quiebra, amparándose en el Capítulo 11 de la ley estadounidense, en un esfuerzo por gestionar su deuda y las crecientes responsabilidades legales derivadas de múltiples demandas que alegan que sus productos a base de talco estaban contaminados con sustancias cancerígenas.
Avon presentó formalmente su solicitud ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, iniciando así un proceso que le permitirá continuar operando mientras elabora un plan de reestructuración para hacer frente a sus compromisos financieros. Esta decisión, aunque extrema, busca darle un respiro a la empresa en medio de un entorno legal cada vez más hostil.
Sin embargo, las operaciones de Avon fuera de Estados Unidos no se verán afectadas por este procedimiento. En su comunicado oficial, la empresa aseguró que sus filiales internacionales seguirán operando con normalidad y que continuarán avanzando en sus iniciativas estratégicas. «Las empresas operativas de Avon fuera de EE.UU. no forman parte de los procedimientos del Capítulo 11, y las operaciones siguen como siempre en los mercados internacionales de Avon», enfatizó la firma.
La situación de Avon en Estados Unidos ha sido particularmente difícil desde su adquisición por parte de la compañía brasileña Natura & Co en 2020. Natura, que compró las operaciones internacionales de Avon por 125 millones de dólares, ha mostrado su compromiso con la marca al anunciar una financiación de 43 millones de dólares como deudor en posesión. Esta inyección de capital permitirá a Avon Products mantener su liquidez durante el proceso de reestructuración.
Kristof Neirynck, director ejecutivo de Avon, se mostró optimista respecto al futuro de la empresa a nivel global, destacando los esfuerzos por modernizar su modelo de negocio y revitalizar la marca. «Seguimos centrados en impulsar nuestra estrategia comercial a nivel internacional, lo que incluye modernizar nuestro modelo de venta directa y reactivar la marca para acelerar el crecimiento», afirmó Neirynck, quien además expresó su motivación ante las oportunidades que aún vislumbra para la icónica firma.
El declive de Avon en Estados Unidos ha estado marcado por varios fallos judiciales en su contra. En diciembre de 2022, un jurado en Los Ángeles ordenó a la empresa pagar más de 50 millones de dólares a una mujer de Arizona que alegó haber desarrollado cáncer tras usar productos cosméticos de Avon que contenían talco contaminado con amianto. Más recientemente, el mes pasado, un jurado otorgó 24,4 millones de dólares a un hombre de Chicago que trabajó como conserje en una planta de Avon en Illinois, tras ser diagnosticado con mesotelioma, un tipo de cáncer relacionado con la exposición al amianto.
Pese a estos veredictos, Avon ha negado categóricamente que sus productos que contienen talco sean responsables de causar cáncer. La batalla legal que enfrenta la empresa, no obstante, continúa intensificándose, lo que ha contribuido significativamente a su actual situación financiera.
La declaración de quiebra de Avon en Estados Unidos representa un capítulo oscuro para una de las marcas más emblemáticas en la industria de la cosmética, mientras la compañía busca un camino hacia su recuperación financiera y reputacional.








