Caracas, 28 junio.- Con un mes para las elecciones presidenciales en Venezuela, la campaña electoral se intensifica con Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia como los principales contendientes. Se espera una campaña feroz dada la polarización y la estrategia intensa de ambos lados.
Un total de 21.620.705 venezolanos están convocados a votar el próximo 28 de julio, en un proceso marcado por la vigilancia de diversas misiones internacionales de observación, aunque con la notable ausencia de la Unión Europea.
El ambiente es tenso, con el chavismo y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) movilizando una gran cantidad de activistas para asegurar y monitorear los votos en las urnas. La campaña de González Urrutia planea desplegar hasta 600.000 personas para supervisar el proceso electoral, reflejando la desconfianza en la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Por su parte, el oficialismo utiliza intensivamente los medios estatales para promover la candidatura de Maduro, quien ha prometido soluciones rápidas a problemas de larga data en sus múltiples actos públicos. En contraste, González Urrutia, apoyado por la influyente líder opositora María Corina Machado, ha optado por un enfoque de campaña más directo y menos ostentoso.
El escenario electoral se ve además influido por encuestas contradictorias, con algunas dando ventaja a González Urrutia y otras favoreciendo a Maduro. La incertidumbre sobre el resultado real se mantiene alta, especialmente con la gran diáspora venezolana que limita el censo electoral.
En este contexto, ambos candidatos buscan consolidar su base de apoyo y persuadir a los indecisos en los últimos días de campaña, prometiendo desde soluciones económicas hasta mejoras significativas en la gestión gubernamental.
