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París, 19 feb (EFE).- Renault perdió 8.008 millones de euros en 2020, el peor resultado de su historia, en buena parte a causa de su socio Nissan, aunque la situación empezó a mejorar en la segunda mitad del año, con lo que la dirección muestra una esperanza prudente sobre los efectos de su plan estratégico.

“La resurrección ha empezado”, señaló el consejero delegado, Luca de Meo, en la presentación este viernes de unas cuentas anuales marcadas en primer lugar por el lastre de 4.970 millones de euros de Nissan, en el que Renault es el primer accionista.

Pero más allá de la contribución negativa de Nissan, el resultado de explotación de Renault en 2020 también incluye un agujero de 1.999 millones de euros, que contrasta con los 2.105 millones positivos que había obtenido el ejercicio precedente.

Pesaron en las cuentas de explotación los casi 1.000 millones de euros de cargas por los costes de la reestructuración que puso en marcha la empresa desde el primer semestre y por el ajuste del valor de los activos.

EL CORONAVIRUS HUNDIÓ LAS VENTAS

Sobre todo, la crisis del coronavirus trastocó completamente el sector del automóvil, en particular en Europa que es el principal mercado de Renault.

La consecuencia fue que sus ventas el pasado año cayeron un 21,3 % para quedar en 2,95 millones de vehículos y la facturación un 21,7 % hasta los 43.474 millones de euros.

De Meo y su directora financiera, Clotilde Delbos, hicieron hincapié en que la nueva estrategia centrada en la rentabilidad y no en el volumen de ventas ya empezó a dar resultados desde el segundo semestre.

En la segunda mitad del año el resultado de explotación salió de los números rojos, aunque con unos raquíticos 8 millones de euros y el margen operativo también fue positivo, con 866 millones, un 3,5 % del volumen de negocios.

OTRO AÑO DIFÍCIL EN PERSPECTIVA

El consejero delegado advirtió de que “2021 será otro año difícil” y, ante la falta de visibilidad en particular sobre un futuro inmediato marcado por la continuación de los confinamientos y las restricciones en Europa, Renault no se ha fijado objetivos a corto plazo.

Los únicos que confirma son los del plan estratégico Renaulution presentado en enero, con el que se espera en primer lugar alcanzar un margen operativo superior al 3 % de aquí a 2023.

Además, como ya se ha cubierto el 60 % del programa de reducción de 2.000 millones de euros de costos fijos anunciado en mayo, frente al 30 % inicialmente previsto para fin de 2020, se ha ampliado la ambición hasta 2.500 millones para 2023.

Un problema añadido este año será la escasez de componentes electrónicos que afecta a todo el sector y que, en el caso de Renault, podría poner en peligro la fabricación de hasta 100.000 vehículos de una producción que en condiciones normales rondaría los tres millones.

UN CROSSOVER DEPORTIVO PARA PALENCIA

Luca de Meo anunció que el primero de los tres nuevos coches atribuidos a la planta española de Palencia será “un crossover deportivo” que se empezará a fabricar allí el año próximo y que vendrá a cubrir uno de los puntos débiles de la empresa, su pobre presencia en el denominado segmento C.

La meta fijada con Renaulution es pasar del 10 % de las ventas actualmente en ese segmento, más rentable que el de los coches pequeños, al 30 % en 2025.

Otra de las grandes apuestas del nuevo consejero delegado es acelerar en la electrificación de la gama, a partir de la sólida posición competitiva de la que parte gracias en particular al Zoé, para “ser la marca más verde de Europa para 2025”.

De aquí a entonces, el grupo francés va a lanzar 12 nuevos vehículos eléctricos y en dos o tres meses se debería saber con quién va a asociarse -está negociando con varias empresas- para lanzarse a la producción de baterías para sus vehículos eléctricos.

El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, dijo este viernes que confía en el plan de transformación que ha puesto en marcha la dirección de Renault centrado en la electrificación, que le parece “convincente”, y se mostró convencido en que “dará resultados a largo plazo”.

El Estado francés, que es el primer accionista del fabricante automovilístico junto con Nissan (cada uno tiene un 15 % del capital), le ha dado avales para préstamos por un monto de 5.000 millones de euros, de los que la empresa ha utilizado 4.000 millones.

Le Maire se felicitó de que los resultados de Renault hayan empezado a mejorar desde el segundo semestre y afirmó que su Gobierno va a seguir respaldando al sector automovilístico.

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