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WASHINGTON (AP) — Los demócratas en la Cámara de Representantes se aprestan a aprobar el martes una ley que daría una vía hacia la ciudadanía para unos 2 millones de inmigrantes a pesar de la amenaza de la Casa Blanca de vetar la medida.

Es prácticamente nula la posibilidad de que la medida se convierta en ley, pero es una oportunidad de los demócratas para exhibir acción en una de sus máximas prioridades.

Es además la batalla más reciente entre los demócratas versus los republicanos y el presidente Donald Trump en cuanto al tema de la inmigración.

Los republicanos denuncian que la iniciativa no contiene medidas de seguridad fronteriza que ellos han estado exigiendo como condición para aprobar una ley de inmigración. La Casa Blanca envió una carta a los legisladores amenazando con vetar la propuesta que según dijeron “animará la inmigración ilegal” sin “defender nuestras fronteras”.

A todas luces la medida será una más de las muchas que ha aprobado la cámara baja, de mayoría demócrata, y que se ven luego obstruidas por el Senado que es dominado por los republicanos.

En otra señal de la áspera lucha política en el tema de inmigración, la Comisión de Asignaciones de la cámara baja, liderada por demócratas, aprobó otra propuesta que no asigna fondos adicionales para el año entrante para la construcción de un muro en la frontera con México. La medida además le devuelve al erario público parte de los miles de millones de dólares que Trump unilateralmente le adjudicó a la construcción del muro.

La medida considerada por la cámara protegería de la deportación, y ofrecería una vía hacia la ciudadanía, para jóvenes inmigrantes que fueron traídos al país de manera ilegal cuando eran menores de edad, además de otros que vinieron y que recibieron estatus temporal porque sus países _mayormente en Centroamérica, África o el Medio Oriente_ se vieron devastados por guerras o desastres naturales.

Muchos de los beneficiarios serían “dreamers” actualmente protegidos por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), impulsado por el expresidente Barack Obama. El programa sigue vigente únicamente gracias a que los tribunales federales han bloqueado los intentos de Trump de desmantelarlo.

La Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso ha estimado que más de 2 millones de personas que ya residen en Estados Unidos se beneficiarían con esta iniciativa. El análisis estima además que la medida costaría más de 30.000 millones de dólares en la próxima década, mayormente debido a que muchos de los migrantes podrían entonces recibir servicios de asistencia pública.

Los demócratas afirman que aparte de las consideraciones humanitarias, ayudar a los migrantes a quedarse en Estados Unidos beneficiará a la economía y a los sectores que emplean a los inmigrantes. Han destacado que entre los partidarios de la medida está la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

“Esta medida reflejará quiénes somos como estadounidenses, y qué es lo que mejor sirve a los intereses nacionales”, dijo la representante Lucille Roybal-Allard, demócrata por California y la principal promotora de la iniciativa

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