Moscú, 6 de noviembre de 2025.– El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió este jueves que podría poner fin al “mundo sin ensayos nucleares” si Estados Unidos insiste en reactivar las pruebas atómicas, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump ordenara a su Departamento de Guerra preparar una nueva fase de pruebas, en plena escalada de tensión entre ambas potencias.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó la reacción occidental como una muestra de “histeria militarista antirrusa” y confirmó que el mandatario ruso ha pedido al Gobierno estudiar la “conveniencia técnica y estratégica” de reanudar las pruebas nucleares suspendidas desde hace más de tres décadas.
La advertencia de Putin se produce apenas dos semanas después de que Moscú y Washington anunciaran una cumbre de diálogo en Budapest, hoy en entredicho. El giro, abrupto y peligroso, revive los fantasmas de la Guerra Fría, ya que la última vez que ambas potencias realizaron ensayos nucleares fue en 1990 (URSS) y 1992 (EE.UU.).
Escalada de declaraciones y teatro político en el Kremlin
La jornada estuvo marcada por una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad ruso en el Kremlin, que evocó la sesión de 2022 en la que se aprobó la anexión de regiones ucranianas. Analistas internacionales la describieron como un acto de “teatro político”, con un claro mensaje hacia la Casa Blanca y el pueblo ruso.
En ese encuentro, los principales asesores de Putin —entre ellos el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor— abogaron abiertamente por retomar las pruebas nucleares, al considerar que las sanciones y presiones de Occidente solo se entienden mediante la “demostración del poder atómico ruso”.
“Hace mucho que el chantaje nuclear forma parte de la política exterior del Kremlin”, señaló el opositor y ex campeón mundial de ajedrez Gari Kaspárov, quien advirtió en el canal Dozhd que Moscú busca “mantener en tensión permanente a Occidente para justificar su guerra en Ucrania”.
Trump responde y agrava la confusión internacional
En Washington, Trump defendió su decisión de autorizar “ensayos en igualdad de condiciones con Rusia y China”. “Realmente odio hacerlo, pero no tengo otra opción”, dijo el mandatario estadounidense, agregando que su orden busca “garantizar la superioridad disuasoria” frente a las amenazas rusas.
Sin embargo, el secretario de Energía, Chris Wright, intentó matizar las palabras de Trump, aclarando que las pruebas no incluirán explosiones nucleares, sino “evaluaciones de sistemas”. Estados Unidos realizó esta semana un lanzamiento de prueba con un misil Minuteman III desde California, lo que incrementó el nerviosismo en Moscú.
El Kremlin, por su parte, no se dio por satisfecho. Putin ordenó un informe técnico sobre el polígono de Nueva Zembla, en el Ártico, donde la Unión Soviética realizó su última prueba en 1990. Expertos coinciden en que, aunque las instalaciones siguen operativas, se necesitarían “meses o incluso años” para reanudar ensayos de forma efectiva.
Un contexto global de desconfianza y desgaste
La tensión entre ambas potencias llega en un momento de agotamiento interno en Rusia, donde un reciente sondeo del propio Kremlin revela que el 83 % de los rusos están cansados de la “operación militar especial” en Ucrania. Analistas creen que el Kremlin busca “crear una nueva amenaza externa” para mantener la cohesión interna y justificar la prolongación del conflicto.
Estados Unidos, por su parte, se niega a renovar el tratado START III, último acuerdo de control de armas nucleares aún vigente, que expirará en febrero de 2026. Washington considera que el sistema es “obsoleto”, ya que no incluye a potencias nucleares emergentes como China, India, Pakistán o Corea del Norte.
China, precisamente, realizó su último ensayo nuclear en 1996, mientras que Corea del Norte ha llevado a cabo seis entre 2006 y 2017, según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
“Es una guerra de nervios, no una guerra nuclear”, concluyó Kaspárov, aunque advirtió que “cada paso mal calculado en esta escalada puede tener consecuencias irreversibles”.








